María Betania Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Pierden la vida. Dos hombres murieron en supuestos enfrentamientos con el Cicpc en el oeste de Barquisimeto el pasado jueves y viernes; sin embargo, familiares atribuyen los hechos como violentos porque sin mediar palabras ambos fueron abatidos en el interior de sus casas.
Según versión de los familiares, Ramón Colmenárez, de 51 años, estaba sentado en el porche de casa de su suegra en Cerritos Blancos luego de haber llegado de jugar bolas criollas en el barrio La Paz. Cuando el reloj marcaba las 5:00 pm, una comisión del Cicpc llegó a la casa y les pidieron a todos los que se encontraban allí que salieran, mientras que a Colmenárez le dieron una patada y fue llevado a un cuarto y pasados unos minutos se escucharon varios disparos.
Al salir la comisión de los uniformados, sus familiares ven que Colmenárez estaba tirado en el piso, lleno de sangre y con al menos seis disparos distribuidos en el pecho, abdomen, espalda y el brazo izquierdo. De acuerdo a la versión de sus allegados, Colmenárez tenía más de cuatro años vendiendo plátanos y ayudaba a todo aquel que necesitaba. «Le quitaron la vida sin ninguna explicación», afirman.
De acuerdo a la versión policial, el hecho se trató de un supuesto enfrentamiento, pues ellos estaban buscando a Colmenárez porque, según, habían recibido varias denuncias de la comunidad que mantenía azotado al barrio robando y vendiendo drogas. Detallaron que al momento de darle la voz de alto sacó una pistola y, supuestamente, empezó a disparar, siendo un revólver una de las evidencias, además el reporte de los funcionarios explica que el hombre tuvo una entrada en 1982 por hurto y sus familiares aseguraron que luego de eso no volvió a caer preso y tampoco tenía enemigos.
El segundo suceso ocurrió 11 horas después en Brisas de la Pradera II, al oeste de la ciudad, donde Marcos Sira, de 22 años, murió en un presunto enfrentamiento con el Cicpc cuando ellos se encontraban en la zona haciendo investigaciones de campo a las 4:00 am del viernes.
Sus familiares refutan la versión policial y aseguran que Sira murió en manos de los funcionarios, pues sin mediar palabras llegaron a su casa, lo llamaron y le dispararon, desconociendo el motivo. El muchacho trabajaba de chequeador de los rutas en la pasarela, frente al Cementerio Nuevo, al oeste.
De acuerdo a los detalles policiales, Sira con tan sólo 22 años ya tenía una lista de antecedentes en los que figuraban 7 entradas por droga, la última vez que estuvo detenido fue hace dos años en la comisaría de Pata ‘e Palo de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), en la avenida Libertador.