lunes, 3 febrero 2025
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Choros los esperan en su casa y lo matan

Anaís Mendoza | LA PRENSA.- Cleofe Rafael Rojas Peña (70), llegó a las 08:30 del domingo a su casa en el sector Los Naran­jillos en El Cují. El señor se ba­jó de su carro modelo Caprice de color marrón, abrió la puer­ta de su casa y dentro estaban dos delincuentes que lo apun­taron y le pidieron el carro. Ra­món accedió a la petición de los matones pero antes de mar­charse, le dispararon en el ab­domen, cinco horas después perdió la vida.

Ramón trabajó por más de 20 años en una línea de taxis en el Terminal de Pasajeros de Bar­quisimeto. El domingo, como de costumbre después de dejar a sus clientes en su lugar de destino, se marchó a su casa en El Cují.

Antes de llegar a su residen­cia, decidió pasar a la casa de una de sus hijas ubicada cerca de donde vivía, para buscar la cena. “Mi papá llegó como siempre lo hacía y me dijo que le diera la cena porque tenía mucha hambre”, destacó la hija de Ra­món ayer a las afuera de la morgue.

Detalla la dama que después de darle una taza con sopa su papá se marchó a su residen­cia. Al llegar, Ramón se bajó de su vehículo y abrió la puerta de la casa, y en ese instante, dos delincuentes lo esperaban en la sala.

Ramón se sorprendió al ver­los, pero los hampones tenían un propósito y era despojarlo de su carro. Por eso lo apunta­ron con un arma de fuego y le pidieron las llaves del Caprice. El taxista se las entregó y ense­guida salieron de la casa.

“Mi papá se les pegó atrás tra­tando de que no le llevaran el carro, pero uno de los malan­dros le disparó por el abdo­men, luego se fueron en el ca­rro”, acotó la mujer.

Ramón quedó herido en la puerta de su casa y los vecinos que presenciaron el hecho le avisaron a la familiares, quie­nes lo auxiliaron y lo traslada­ron hasta la emergencia del Hospital Central, pero a la una de la madruga de ayer falleció.

Explicaron sus familiares que Ramón residía solo en la casa debido a que tenía un carácter fuerte, pero siempre estaba en contacto con sus 6 hijos.“Papá era de carácter fuerte, por eso decidió vivir solo en la casa, igual nosotros estábamos pendiente de él y de su comi­da”, informó la hija.

Sobre cómo los maleantes in­gresaron a la casa, la familia sospecha que saltaron por una de las paredes del frente de la vivienda, pues es bastante ba­ja.

Ellos creen que los matones sabían la hora en que Ramón llegaba del trabajo y por eso se metieron a la casa, para espe­rarlo y quitarle el Caprice que la víctima tenía el carro muy bien cuidado y siempre le de­dicaba tiempo para arreglarlo.

“Mi abuelo siempre tenía el carro limpio y todas las piezas estaban muy bien cuidadas; a lo mejor lo estaban cazando”, explicó una nieta de Ramón. El taxista había expresado a la familia que ya estaba cansado de manejar y planeaba vender el cupo asignado que tenía en el Terminal.

Quería dedicarse a la siembra de hortalizas; de hecho, en el patio de su vivienda tenía un pequeño huerto y en sus tiem­pos libres cuidaba los tomates y pimentones, que ya había co­sechado.

Sería el segundo transportista asesinado en lo que va de año luego de que el 14 de enero unos delincuentes mataran a Enrique Pérez Ortiz (32) quien trabajaba en Ruiz Pineda y lo lanzaron muerto desde un ca­rro en la calle 6 de La Lucha.

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