Euseglimar González | LA PRENSA.- Atraco, persecución y drama fue lo que vivieron 20 pasajeros que iban a bordo de una unidad de transporte con destino a Acarigua. Cinco chamos, dos mujeres y tres hombres, se subieron a la unidad como “pasajeros” y de una dijeron “quietos”. La Policía Nacional Bolivariana (PNB) los detuvo a todos.
De los cinco detenidos, dos son menores de edad, una de 16 años y el otro de 17 años. Dos de los mayores tienen registros policiales por asalto a unidad de transporte público y estaban bajo presentación ante los tribunales, otro de los delitos es por droga.
Ayer a las 9:00 de la mañana cinco choros abordaron una unidad en la calle 24 con Venezuela, andaban bien vestidos. Cuentan que apenas se montaron a la unidad, uno de los jóvenes sacó un arma y les dijo a todos los pasajeros “quietos”, y le exigieron al conductor que arrancara y desviaron la unidad de transporte hacia la carrera 18.
Cuando el conductor arrancó dejó al colector, pues a él no le dio chance de montarse. Detallan que el conductor comenzó a hacer cambios de luces para que las personas, que estaban en los comercios, hicieran algo. El colector, al percatarse de lo que estaba sucediendo, paró a un motorizado de la PNB y le explicó lo que estaba pasando y de una él pidió apoyo a sus compañeros y a la Brigada Motorizada de Polilara.
Franklin Aguilar, director de la PNB, explicó que la persecución de la unidad de transporte público inició desde la carrera 18 con calle 24 hasta la 37, trece cuadras después, cuando los uniformados rodearon toda la unidad y no había escapatoria.
Los cinco chamos se negaban a entregarse, se pusieron violentos y seguían amenazando a todos los pasajeros. Aguilar explicó que uno de los funcionarios comenzó a mediar con ellos y le pedía que se entregaran, tras unos minutos de negociación los muchachos decidieron entregarse.
Cuando los policías subieron a la unidad los pasajeros señalaron a los malandros, estaban sólo cuatro. Una de las choras estaba sentada en un asiento abrazando a una abuela. Detallan que la mujer se hizo la dormida.
Uno de los funcionarios de una vez se percató de la muchacha y le causó intriga, pues no es normal que en medio de un robo y situación de secuestro breve un pasajero esté “durmiendo”. La cara de la anciana era de terror y de una vez le pidió que se parara. La mujer decía que no tenía nada que ver, pero fue delatada por todas las personas que iban a bordo.