Gabriel Grisanti | LA PRENSA.- Sentado en una silla, temblando y callado estaba el hombre que todos señalaban y afuera del ambulatorio de Bobare, muchas personas que querían terminar lo que empezaron. Tenía los brazos, las piernas, pecho, espalda y parte del rostro quemados. Por segundo día consecutivo, la furia de algunos de los habitantes de la parroquia Águedo Felipe Alvarado se hizo sentir contra un presunto delincuente.
Esta vez no bastaron palos, piedras y golpes pues la gasolina y el fuego sirvieron como castigo. Supuestamente, también usaron cocuy tras la quema, para que a Jairo de Jesús Sira Barreto, de 31 años, le ardiera cada herida. Ayer antes de las 4:00 pm, bobareños tomaron la justicia por sus propias manos al perseguir a este hombre por todo el caserío El Cujisal.
Estaban motivados a darle su merecido, por la presunción de que él había intentado violar a una niña de 1 año y cuatro meses, quien se encontraba en su casa con su madre Marianny Barreto.
La tira en un sofá
La mamá de 26 años, relataba que ayer ella había ido a visitar a su mamá en Baragüita, otro caserío adyacente. Cuando faltaban 15 minutos para las 4, decide regresar con la pequeña a su vivienda en El Cujisal para darle un baño.
Después de secarla y vestirla, Marianny agarra la bañera de plástico y sale al patio a botarle el agua. En ese instante, sintió que un hombre le da un empujón y la agarra a ella y a la pequeña a la fuerza hasta el interior del inmueble. Marianny detalla que como pudo intentó evitar que eso pasara, pero en el forcejeo, se percataba que Jairo andaba con otro hombre, que fue identificado por algunos vecinos como Alonso “El Mon”, un presunto azote de Bobare. Detalla la mamá que la niña en su inocencia va en busca de su madre y se le acerca, pero súbitamente Jairo la toma por un bracito y la lanza hasta un sofá.
En ese instante, relata la madre al equipo periodístico de La Prensa, Jairo estaba apunto de tirársele encima a la chiquita y fue cuando Marianny decidió tomar un palo y pegárselo en un brazo. Eso hizo que Jairo de Jesús se enfureciera y le diera un puñetazo a la mujer en el lado derecho de su rostro. Marianny empezó a gritar insistentemente pidiendo auxilio, y los residentes de El Cujisal salieron a ver qué pasaba. En eso notaron que los dos hombres corrían tratando de huir para no ser atrapados, pero a los segundos agarraron a Jairo y el otro se perdió del lugar.
Según un joven de El Cujisal que cubría su rostro con su franela, el presunto violador se salvó de morir calcinado porque un “falso profeta”, como él mismo definió a un pastor evangélico intercedió, expresando que él merecía otra oportunidad.
Ese argumento, obstinó más a los habitantes, por lo que unos hombres de la comunidad, no conformes de ver lo quemado que había quedado le vertieron cocuy de penca en el rostro y los brazos para que sufriera más.
La madre de la niña aseguraba que en chequeo médico que le efectuaron no detectaron algún signo de abuso sexual, para tranquilidad de sus familiares y quienes la conocen. Tres funcionarios de la PNB, destacados en la estación de La Puerta trasladaron al quemado al ambulatorio, quien después fue llevado al Hospital Central a recibir la cura de sus quemaduras.