Edy Pérez Alvarado | LA PRENSA.- Es un grupo armado. Los investigadores del Cicpc manejan la hipótesis de que son entre dos a cinco los criminales que se han dedicado a asesinar a hombres desde un Toyota Corolla plateado. Hasta ahora, sólo han detenido a uno de los presuntos responsables por este caso del rifle y es el expolilara José Luis Parada (53).
Los funcionarios de la División de Homicidios del estado están dedicados a resolver estos casos. Llevan una investigación minuciosa, hermética y tratan de blindar cada prueba con la experticia de sus hombres y el apoyo de “petejotas” caraqueños que llegaron desde el viernes como refuerzos.
Son tres comisiones que se enfocan en diferentes flancos del caso. Un grupo está integrado por técnicos especialistas de la capital, el otro se encarga de inspeccionar las diferentes escenas del crimen, mientras que la tercera tropa peina cada vehículo sospechoso, sus placas, además de los vídeos de seguridad. En cada paso que dan los “sabuesos” tratan de conseguir elementos que aporten convicción a la investigación.
Fuentes internas del Cicpc, informaron a La Prensa que los técnicos tuvieron que repetir las comparaciones balísticas para determinar qué tipo de arma usaron en los crímenes de la avenida Vargas, perpetrados el 24 de junio, el de la calle 10 entre carreras 19 y 20 que se cometió el nueve de agosto y los dos homicidios de 2015, que son el de la plaza La Mora y el de la avenida Los Abogados con calle 14.
Al principio, los funcionarios hablaban de que el arma homicida en los seis casos era la misma: un rifle calibre .22 con mira telescópica y silenciador. Pero el abogado defensor de Parada, Pedro Troconis e informantes del cuerpo detectivesco, aseguran que en los expedientes que el Cicpc entregó a la fiscalía existen calibres de municiones que no coinciden con el rifle, pero el arma larga no ha sido descartada.
En detalle, Troconis y la fuente detectivesca reflejan que en el sitio del crimen de Mike Nelson Suárez (55), taxista asesinado en la avenida Vargas frente al Centro Comercial Arca, hallaron una concha calibre 7.65 milímetros.
Ambos consultados también explicaron que en la escena del crimen de Óscar José Carreño (20), el charlero ultimado en la Vargas con Venezuela el mismo día que Mike, no hay información del proyectil extraído del cadáver y tampoco hay evidencia del proyectil en el lesionado y único sobreviviente, Adolfo Rafael Méndez Piñero (25) que fue baleado en la Vargas frente a la plaza Los Ilustres.
En el caso de Luis Herice (56) perpetrado en la plaza La Mora en 2015, colectaron una concha calibre .32, asegura Troconis al leer el expediente. Estas evidencias contribuyen a que el abogado penalista asegure que los casos son hechos aislados y que no hay elementos reales para hilar un crimen con otro.
“Ocurrieron dos homicidios en la avenida Vargas el mismo día con diferencia de horas, pero es que en Venezuela a cada minuto hay asesinatos”, declara el abogado para tratar de desmontar la versión policial en la que señalan a su cliente, el expolilara, de ser el presunto autor de los crímenes perpetrados el 24 de junio en la avenida Vargas.
Golpes en captura
Troconis está sentado en el escritorio de su despacho y narra que el viernes, 12 de agosto Parada y su hijo, Joe Parada, le pidieron la cola a un vecino para ir al restaurante donde Parada labora como jefe de seguridad y su hijo como mesero.
Cuando iban por la calle 29 con carrera 29, a las 6:00 de la tarde, los interceptaron unos vehículos, se bajaron unos hombres armados y, asegura Troconis, se los llevaron a los tres hasta la División de Homicidios.
Allá, detalla el abogado defensor, separaron a los tres hombres al tiempo que alega que los empezaron a golpear para que dijeran en dónde estaba “el rifle y el Corolla plateado”.