Euseglimar González | LA PRENSA de Lara.- A Ramón Antonio Araque Ramos, de 54 años, lo asesinaron a punta de golpes según informaron allegados a la víctima. El caficultor estaba en su casa del caserío Ojo de Agua de Guarico, municipio Morán, el pasado 8 de octubre junto a su hijo de 11 años cuando unos hombres con rostros tapados y escopetas lo montaron a la fuerza en una camioneta.
Los encapuchados, tras sacarlo de la casa, lo llevaron hasta el cerro El Viento, ubicado a una hora de Ojo de Agua y estando allí, supuestamente, miembros de la Brigada de Seguridad Rural de Morán (especie de policía integrada por personas civiles que resguarda a los agricultores), lo torturaron y golpearon hasta dejarlo moribundo.
«A él lo molieron a golpes y lo torturaron, le metían la cabeza en el agua. Lo estaban señalando de que él vendía drogas y ese señor lo que hacía era trabajar», soltó una habitante del caserío.
Ramón estaba completamente desnudo y, aparentemente, con la culata de escopetas lo castigaban. Lo que pudo contar la víctima es que él se hizo el muerto para evitar que los tipos continuaran la pela y cuando los victimarios vieron que no reaccionaba, huyeron. Araque quedó a orillas del río y como pudo, se fue arrastrando hasta llegar a la carretera y allí fue ayudado por un pastor evangélico.
Aunque a Ramón lo trasladaron el miércoles 9 de octubre para el Hospital Central ya era muy tarde, los golpes le causaron una hemorragia interna y falleció.
«Esa Brigada se salió de control y el Gobierno debe encerrarlos. Ellos no están por el bienestar del pueblo», comentó un residente.