La avenida Circunvalación Norte, por años ha sido considerada como una «boca de lobo» no sólo por la oscuridad en algunos tramos de los más de 28 kilómetros de longitud, sino también por la inseguridad, esa que ha dejado a cientos de familias enlutadas.
En la avenida se esconde un oscuro y perturbador telón de crímenes, muchos de ellos sin resolver, testigos silenciosos que por miedo decidieron callar, pero que sí lograron observar cuando homicidas abandonaban cadáveres humanos allí para «borrar» evidencias.
Desde robos hasta liberación de cadáveres son parte de los hechos más oscuros que acechan a esta transitada vía. La Avenida Circunvalación Norte ha sido testigo hasta de presuntas ejecuciones en manos de cuerpos de seguridad.
Entre 2015 y 2023 fueron asesinadas alrededor de 43 personas en la avenida Circunvalación Norte y sectores aledaños. Algunas de las víctimas fueron ejecutadas en el sitio en horas de la madrugada, mientras que otras fueron llevadas y lanzadas en matorrales.
La fluidez de vehículos tanto de día como de noche hace que los peatones poco transiten por las orillas de la vía, pero quienes tienen la necesidad de recorrerla se han encontrado con escenas terroríficas. Cuerpos en estados de descomposición, baleados y apuñalados.
Uno de los casos más recientes fue el crimen de Alexandra Silva Villacinda, asesinada el 29 de julio de 2023 en Barquisimeto. Su cuerpo baleado quedó tirado en la orilla de la avenida Circunvalación Norte, a la altura de Colinas de San Lorenzo.
Era de noche, sobre cómo ocurrieron los hechos hubo varias versiones, pero la que cobró más fuerza fue la de los vecinos, quienes escucharon una discusión entre un hombre y una mujer; luego tres disparos y el sonido del motor de un vehículo que se alejaba, al huir sin dejar rastros.
El cuerpo de la joven quedó de medio lado, justo ese día se había hecho un cambio de look y se observaba su largo cabello teñido de rojo. Los vecinos al acercarse a la zona para saber qué había pasado observaron a la muchacha y al tocarla se percataron que estaba sin signos vitales.
Pocos minutos después llegaron funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), quienes resguardaron la escena hasta que llegara la comisión del Eje de Homicidios del Cicpc.
«La Avenida Circunvalación Norte ha sido testigo de muchos crímenes, pero ese de la muchacha aún retumba en la mente de los vecinos. Cómo es que aquí asesinan a personas y los homicidas huyen como si nada, hace falta más puntos de control», dijo un habitante de Colinas de San Lorenzo.
Pero la muerte de Alexandra no ha sido la única ejecutada en la arteria vial. A pocas horas para terminar el año 2022, José Miguel Quiroz Moreno, de 30 años de edad, fue asesinado con un disparo en la cabeza en la avenida a pocos metros del Manto de la Divina Pastora.
Su cuerpo fue hallado por transeúntes de la zona, quienes de inmediato llamaron a la Policía, de una vez supieron que se trataba de «Chemy», como cariñosamente le decían a José Miguel, pues no había llegado a dormir a su casa y familiares lo estaban buscando desesperados.
El cuerpo del joven quedó en posición fetal y a orillas de la carretera. Pocos días después, el Eje de Homicidios logró ubicar a los responsables del crimen.
Mediante investigaciones, los uniformados conocieron que para el momento en que la víctima se trasladaba a bordo de una moto Bera fue interceptado, presuntamente, por Felipe Gregorio García Rivero (50), Julio César Guasimucaro Ortiz (33) y José Gregorio Loyo Álvarez (23), quienes portando un arma de fuego lo sometieron y bajo amenaza de muerte lo montaron en contra de su voluntad en un vehículo Mazda 6, propiedad de uno de los victimarios, para trasladarlo hasta la Avenida Circunvalación Norte, lo bajaron y le propinaron un disparo.
En enero de 2017, un funcionario de la Policía estadal de Lara (Polilara), fue asesinado junto a un barbero en la entrada de Carorita Arriba por la avenida Circunvalación Norte. Para ese momento, personas que caminaban hacia su trabajo observaron los cuerpos entre la maleza de la zona.
Al momento de la revisión de los cadáveres por parte de funcionarios del Cicpc, las víctimas no tenían documentos de identidad, por lo que presumieron que se trataba de un robo. En horas de la tarde, ambos cadáveres fueron reconocidos por sus familiares.
Como Wilfredo Piña (37), funcionario de Polilara y Robert Barrios (27), barbero, fueron identificadas las víctimas.
Al oficial le dispararon en la cabeza y tenía otra herida en la barbilla, mientras que a Robert le dispararon en la cabeza.
Para ese año, se conoció que ambos fueron asesinados por delincuentes, quienes los atacaron para quitarles la moto que era propiedad del oficial.
Un año antes ocurrió el caso de Edwin José Giménez Suárez, de 37 años, quien era taxista y estudiante de ingeniería de sistema. El cuerpo del hombre fue hallado en medio de la vía y aunque fue reportado como un arrollamiento, pocas horas después descubrieron que se trató de un homicidio.
A la altura de la Manga Juan Canelón, en la Avenida Circunvalación Norte tres marcas de frenazo se apreciaban en el pavimento y a 100 metros estaba tirado el cuerpo del hombre.
Cuando los uniformados llegaron a la escena del suceso, se percataron que la víctima no portaba identificación alguna. No cargaba camisa, vestía blue jeans, correa y botas marrones.
A Edwin lo asesinaron para robarle su carro, trabajaba «taxeando» para poder pagar sus estudios.
Horas después, familiares se trasladaron hasta la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda y lo reconocieron.
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