Edy Pérez Alvarado | LA PRENSA.- Sentada en una silla, con los ojos inundados de lágrimas, estaba la madre de Luís Javier Castillo Pérez apodado el “Chueco”. Aunque estaba a unos 20 metros de distancia del cadáver de su hijo, se desmayaba por segundos, recuperaba el conocimiento y se volvía a desvanecer.
“Siento un dolor muy profundo”, soltó al tiempo que comentó que su hijo había salido ayer en la madrugada de su casa, ella presumía que hacer cola para comprar comida, pero a las 6:00 de la mañana le avisaron que su cadáver yacía en la quebrada.
El hombre quedó tendido boca arriba. Usaba pantalón beige, zapatos tipo mocasines y camisa de cuadros rojos. Al hombre le amarraron los pies y los tobillos con una trenza y le propinaron un tiro mortal en la nariz y otro en la cabeza.
Los “petejotas” presumen que también le dieron golpes porque tenía hematomas en el rostro.
Los vecinos del sector comentaron que el “Chueco” era un azoto de Tarabana II, en donde lo encontraron muerto.
Aseguran que hace días unos hombres en moto lo interceptaron, le mostraron una pistola y le dijeron que no lo asesinaban porque había mucha gente.
Otra vez intentaron capturarlo para lincharlo, pero no lo lograron hasta que ayer en la mañana fue hallado muerto. Un miembro del consejo comunal que prefirió no dar el nombre aseguró que el “Chueco” tenía que ver en los atracos a residencias por el sector.
Aseguró que el hombre se metía con unos compinches y que amarraban a los habitantes de la casa y sacaban todo. Desde la comida hasta aires acondicionados, muebles, neveras y computadoras.
Quebrada es zona roja
La quebrada que está en Taraba II y que colinda con la calle 12 es el sitio más peligroso de la comunidad. Los miembros del consejo comunal registran atracos, asesinatos y violaciones en ese lugar.
Comentaron que los drogadictos se esconden ahí para drogarse. “Por aquí no hay alumbrado y en las noches se esconden entre el monte para drogarse”, comenta otro vecino que se niega a revelar su nombre por temor.
El fin de semana un vecino pasaba por la quebrada en horas de la noche y unos hampones le cortaron la cara con un exacto. Supuestamente, el “Chueco” estaba metido en ese problema.
Después de ese intento de crimen la comunidad le solicitó a los Guardias del Pueblo que tienen un puesto fijo en la comunidad que dirán rondas por la quebrada o que colocaron una carpa para vigilar en esa zona.
El comandante, supuestamente, recibió la comunicación, pero no dieron la autorización para que los funcionarios se encargarán de resguardar a los vecinos de ese sector. Públicamente los vecinos exigen más seguridad en el sector.