Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- ¡Párate, párate! Le ordenaron unos hombres a bordo de una moto a Tarek Fayad, de 32 años de edad. El joven no le prestó atención y continuó caminando, el motorizado aceleró la moto y cuando ya estaban por arrancar le dispararon al menos siete veces.
Minutos antes, Tarek salió de su casa con destino al barrio Macuto, ubicado al sur de Barquisimeto para comprarle comida a sus hijos y fue en ese momento en que los delincuentes le arrebataron la vida. Vecinos del sector I del Seminario presumen que los hampones lo iban a robar; sin embargo, no le quitaron nada.
Eran las 2:40 de la tarde de este domingo, la calle está sola, algunas personas estaban en el porche de sus viviendas cuando las detonaciones hicieron que más de uno brincara de las sillas. Cuando se asomaron a ver qué ocurría, observaron a un muchacho malherido que estaba entre la acera y la calle.
«¡Es el hijo del árabe. Cuando lo reconocimos de una vez les fuimos a avisar!», comentó un vecino de la comunidad.
Cerca del cuerpo quedó una bolsa que llevaba alimentos, entre esos leche líquida y unos pepitos. El padre de la víctima fue el primero en llegar a la escena del crimen y lloraba desconsoladamente al confirmar lo que tanto temía, sí era su hijo quien estaba muerto.
La hermana de Tarek también llegó al sitio y trataba de calmar a su padre, pero estaba desconsolada por el crimen.
«Él sólo salió para comprarle la comida a los niños. Le dijimos que no saliera porque era domingo», sostuvo un pariente.
Tarek era descendiente de árabe.
Entre las personas hablaban que eran dos personas las que estaban a bordo de la moto y le dispararon a la víctima, aunque otros decían que era uno solo. Una vez los delincuentes vieron que el joven se desplomó, huyeron de la escena.
Los vecinos salieron de sus casas para tratar de reconocer a la víctima, mientras que otros llamaron a la Policía para reportar el homicidio.
La familia no sabe qué pudo pasar. Lo único que saben es que salió de su casa con destino a la bodega y que al poco tiempo llamaron para avisar que había sido asesinado.
«Él no era una persona mala, no tenía problemas con nadie», decía en medio del llanto su hermana.
Al menos siete conchas de bala quedaron en la calle, a pocos metros del cadáver.
Al sitio llegaron funcionarios de la Policía del estado Lara para resguardar la escena, mientras que llegaba el Cicpc.
LA PRENSA pudo conocer que Tarek presentó múltiples heridas por arma de fuego, entre esas en la espalda, pecho y brazos.
Al poco tiempo, una comisión del Eje de Homicidios del Cicpc se trasladó hasta el barrio Macuto para hacer las experticias y colectar las evidencias para iniciar con las investigaciones y determinar el móvil del crimen.
El cuerpo fue trasladado hasta la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, donde le practicarán la autopsia.
Se pudo conocer que la víctima residía en El Manzano y deja cuatro niños huérfanos.
Con la muerte de Tarek ascienden a dos las personas que ha sido asesinadas en el estado Lara en lo que va de mes, pero es el primer crimen que ocurre en el municipio Iribarren, según los registros que a diario lleva LA PRENSA.