Edy Pérez Alvarado | LA PRENSA.- Las hermanas de María Martina Travieso (86) lloran. No tienen consuelo. Sufren porque su sobrino, José Antonio Mendoza Travieso (42), asesinó a María, su propia madre. Es un duelo doble. Están desconsoladas por la muerte de María, pero a la vez sienten un gran pesar porque saben que José Antonio fue víctima de la neurosis.
Aseguran que su sobrino convulsiona desde que nació y que además se torna agresivo. Le mandaron a tomar de por vida Fenobarbital, que es un barbiturico que ayuda a controlar la ansiedad y es un anticonvulsivo por excelencia, pero no encontraron la medicina.
Dejó de consumirla y casi a diario tenía episodios neuróticos. Había golpeado a su madre en varias oportunidades. De hecho María era la única que se atrevía a atenderlo y a hacer compañía. Era su hijo, el menor de nueve.
La tarde del martes María y José estaban en casa que está en el sector La Guachita del municipio Crespo. Vecinos aseguran que a las 3:00 de la tarde se escucharon algunos gritos. María llamaba a otro de sus hijos que vive al frente, pero no había nadie.
Presumen que José tomó un palo y golpeó a su madre en la cabeza una y otra vez. La mujer quedó tendida en la cocina, al lado del fogón a leña en donde solía preparar la comida.
El hijo que reside al frente llegó a las 6:00 de la tarde y encontró a su madre muerta. Al lado de ella estaba José. Aseguran las hermanas de María que el hombre tenía una biblia entre las manos y que oraba.
La policía de Duaca llegó al sitio y se lo llevó detenido. Le dijo a los funcionarios que unos animales se metían en su cabeza y se la taladraban.
A pesar de la condición psiquiátrica se lo llevaron preso. Las hermanas de María seguían llorando frente a la morgue del hospital Antonio María Pineda y aseguraban que si se hubiese tomado el Fenobarbital nada de esto estaría pasando porque esa pastilla lo mantenía calmado.
Los hombres del Cicpc buscaron el cadáver en el municipio Crespo y lo llevaron a la morgue. La mañana de ayer esperaban que entregaran el cadáver para darle cristiana sepultura. Los familiares de María son de Yaracuy, ella también nació allá, pero tenía años en Lara.
Todos sus hijos son personas trabajadoras, el único que estaba con ella era José por su condición psiquiátrica. Los familiares ahora están angustiados porque no saben que pasará con José y si lo dejarán preso.