Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- A 15 ascienden la cantidad de privados de libertad muertos en 2021 en el estado Lara, de esa cifra 10 fallecieron a consecuencia de tuberculosis, enfermedad que sigue acechando las cárceles de la región, así como a los calabozos policiales.
Ruben Darío Calderón Batista, recluso de Fénix, fue la primera muerte registrada en el año, pues ocurrió el 4 de enero, según fuentes policiales su diagnóstico fue tuberculosis.
Alexander Alvarado Fernández, de 32 años, se convirtió en la víctima número 15, murió dentro de Fénix la mañana del domingo. Al parecer Alexander tenía varios meses enfermo y presumen que la causa de muerte haya sido por la tuberculosis.
Se pudo conocer que Alexander estaba desnutrido, pues al momento de ser llevado a la morgue del Hospital Central de Barquisimeto, se le notaba la piel pegada a las costillas.
De los 15 fallecidos, once estaban recluidos en Fénix, mientras de Uribana solo han muerto dos y en los calabozos policiales y militares se registraron solo dos.
En enero ocurrieron seis muertes de reclusos, seguido de febrero con cuatro, marzo fueron cuatro más y en lo que va de abril ha fallecido uno, según las cifras que a diario lleva LA PRENSA.
«Nuestros presos se nos están muriendo porque hay desatención, no lo sacan a los hospitales al menos que se estén muriendo. Necesitamos que el Ministerio Penitenciario atienda estos casos», comentó un familiar de un recluso de Uribana.
Sin atención
José Humberto Hernández (67), detenido hace cinco años en Fénix, murió el 23 de marzo esperando que el Gobierno nacional acatara la medida emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). «Beto» como cariñosamente le decían, fue detenido en el 2016 y lo vincularon en el caso de una avioneta cargada de droga, sin embargo su familia lo defendió y decían que lo señalaban solo por ser vigilante del Aeroclub de Barquisimeto.
Los familiares comenzaron a pedir ayuda a los entes judiciales y al Ministerio Penitenciario, porque él requería de atención médica debido a que presentaba crecimiento prostático en tercer grado, hipertensión, neumonía con derrame pleural y presuntamente se contagió de tuberculosis dentro del penal.
Tras permanecer tres días recluido en el Hospital Central Antonio María Pineda murió, sus familiares estaban destrozados por su muerte.