Euseglimar González | LA PRENSA.- La muerte le ganó la batalla. Cherry Rafael Riera Sosa (47) recibió tres disparos en la cabeza el domingo en Cabudare y luchó por su vida durante 44 horas, pero el martes
en la noche no aguantó y murió. Durante el tiroteo resultó herido su hijo y su sobrino.
La esposa del hombre contó que Cherry, su hijo, sobrino y hermano se fueron al estadio, cerca del sector Zanjón Colorado de Palavecino, allí se iban a reunir con varios amigos porque iban a ver un juego de béisbol. Relatan que los amigos de la familia Riera estaban bebiendo, pero ellos no sólo disfrutaban el compartir.
A las 9:00 de la noche decidieron regresarse a sus casas, que quedan a pocas cuadras del estadio. Cuentan que Cherry y sus parientes fueron los últimos en caminar hacia el sector. Apenas los hombres iban caminando unos tipos armados los sorprendieron y, presuntamente, comenzaron a disparar contra ellos.
En medio del tiroteo resultó herido Cherry con tres impactos en la cabeza, mientras que su hijo Cheiver Rafael Riera Salas (21), recibió impactos en el glúteo, pierna y tórax y el sobrino Héctor Eduardo Rodríguez Hernández (18) fue herido en el muslo izquierdo.
Aseguran que los criminales no les quitaron las pertenencias y apenas lo hirieron salieron corriendo del sitio, dejándolos malheridos. El otro familiar que los acompañaba resultó ileso y fue quien los auxilió.
A los tres hombres los trasladaron hasta el Hospital Central Antonio María Pineda en donde quedaron recluidos. Cherry era quien estaba más delicado, por los impactos de bala en la cabeza, aunque su esposa cuenta que nunca lo subieron a piso y los dos días de agonía permaneció en el área de Emergencia.
A Cherry lo tuvieron que conectar con oxígeno, pues su estado era crítico. Detallan que el martes en la tarde, presuntamente, los doctores decidieron quitarle el oxígeno al hombre para que él respirara por su propia cuenta, pero no lo logró y a las 5:00 de la tarde murió.
La esposa de Cherry denunció que él no recibió el trato médico necesario, porque desde que fue ingresado sólo permaneció en el área de Emergencia.
Mientras que Cheiver fue subido a piso y está intubado, pues a pesar de que recibió tres balazos se encuentra estable, según versión de los familiares.
Aunque por su estado, la madre con lamento contó que prefirió no decirle que su padre murió. Se pudo conocer que los funcionarios de Eje de Homicidios del Cicpc se trasladaron hasta la escena del crimen para hacer las experticias e interrogar a los vecinos de la zona para dar con los culpables. Aún los “petejotas” no tienen un móvil establecido del crimen por lo que continúan con las averiguaciones.
Familiares de Cherry esperan que se haga justicia por la muerte del hombre y que atrapen a los responsables del hecho.
Cherry vivía en Zanjón Colorado junto a su esposa e hijos. Trabajaba como obrero.
Inseguridad latente
Vecinos de la comunidad que comunica Zanjón Colorado con el barrio Corazón de Jesús en Cabudare, contaron que la inseguridad en la zona está desatada.
“Aquí hace falta un patrullaje constante para poder acabar con la delincuencia, que nos está matando”, comentó una vecina indignada al enterarse de la muerte del hombre.