Euseglimar González | LA PRENSA.- Dos choros intentaron robar a un funcionario ayer, pero la “jugada” les salió mal y uno resultó abatido en la avenida Rotaria con avenida Landaeta Gil. Héctor Javier Brito Campos, de 22 años, cayó malherido y minutos después murió.
A las 10:00 de la mañana, supuestamente, un funcionario iba conduciendo su carro y cuando llegó a su residencia, dos tipos a bordo de una moto intentaron robarle el vehículo. Cuentan algunos testigos del hecho que el parrillero se bajó de la dos ruedas y le dijo a su víctima “quieto, dame las llaves del carro”.
Relatan que el supuesto funcionario se negó a darle sus pertenencias y sacó un arma y disparó cinco veces, el malandro cuando vio la acción salió corriendo, mientras que Héctor, quien manejaba la moto, recibió un balazo en el cuello.
Héctor cayó al suelo bocarriba con su casco de motorizado puesto y a un lado quedó la moto. Vestía una bermuda, una camisa de rayas y cargaba un bolso de lado. Su compinche huyó.
Cuentan que al momento del tiroteo iban pasando carros. Los conductores cuando se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo retrocedieron para evitar salir heridos.
Un carro marca Toyota quedó en el medio de la vía, otro vehículo que iba delante de él frenó y este le llegó por detrás. Una patrulla de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) llegó al sitio para resguardar la escena del crimen y enseguida llegaron funcionarios de Polilara.
Media hora después, aproximadamente llegaron los familiares de Héctor desesperados buscando información, a ver si se trataba de él. El papá, la esposa y el hermano comprobaron que se trataba de él.
“¡No, no, no puede ser él, no!”, gritaba desesperada la esposa de Héctor cuando veía a lo lejos el cuerpo. La mujer de contextura delgada gritaba y pedía a los policías que la dejaran pasar hasta la escena del suceso, pero los funcionarios le decían que no podía acercarse.
“Él es mi esposo, déjenme pasar por favor. ¡Ay, Dios mío!”, gritaba y lloraba desesperada la dama, mientras que una adolescente la abrazaba y le pedía que se calmara.
En el sitio se escucharon dos versiones sobre la víctima. Algunos vecinos de la comunidad contaron que el hombre era un funcionario del Ministerio Público y otros decían que era un “petejota”. Ninguna de las dos versiones pudo ser confirmada.
Funcionarios adscritos a la División de Homicidios del Cicpc llegaron hasta el sitio para hacer el levantamiento del cuerpo y colectar las evidencias para comenzar con las investigaciones.
Según fuentes policiales, Héctor tenía registros por el delito de robo y estaba bajo presentación ante Fiscalía del Ministerio Público. Se pudo conocer que Héctor residía en el barrio Santo Domingo. Sobre el otro delincuente no se tuvo información.