José D. Sequera | LA PRENSA de Lara.- De acuerdo a reportes policiales, de los 57 abatidos por las FAES en Lara desde el año pasado, 18 de ellos no poseían entradas policiales por algún delito, es razón por la que familiares de algunos de ellos alzaron sus voces en protestas públicas para «limpiarle el nombre» a las víctimas.
Una de esas familias que se atrevió a protestar fue la de Euvis Alejandro Peroza Pérez (23), abatido la madrugada del viernes 6 de septiembre dentro de su casa, ubicada en El Trompillo. Según relató su familia durante su velorio, él estaba durmiendo junto a su madre cuando llegaron los funcionarios a buscarlo.
«Señor tú que estás en el cielo, te pido justicia para mi hijo; él no era malo ni malandro, mi hijo era mecánico. Nunca tuvo un problema con alguien», expresó en llanto su madre Carmen Pérez, mientras alzaba sus brazos en protesta en una concentración realizada en la avenida principal de El Trompillo, en la que familiares y allegados de Peroza afirmaron que, al contrario de la versión policial, él no se apodaba «Tiro Loco».
«Cuando mucho le decíamos Ale, pero no sé de donde sacaron eso de ‘Tiro Loco'», criticó la esposa de la víctima, Yulexys Hernández.
Una denuncia bastante parecida la realizaron los familiares de José Luis Lucena Castillo (36), conocido cariñosamente entre ellos como «Kichu», señalando que él no estaba metido en líos pues sólo se dedicaba a cuidar a sus hijas y practicar fútbol sala, deporte por el que era conocido en el sector Lomas de León y La Carucieña.
Juan Giménez, uno de los hermanos de «Kichu», comentó que la víctima nunca había tenido problemas con la justicia, más bien lo contrario, pues él era un modelo a seguir por niños y adolescentes de la comunidad que lo conocían.
«Desde joven se dedicó al deporte, incluso estaba participando en un torneo de fútbol muy importante a nivel regional», afirmó Giménez en el sepelio de «Kichu», en el que en modo de protesta su familia colocó encima de la urna un cartel que decía «Las FAES se equivocó«.