Nelson Altuve P | LA PRENSA DE LARA.- Un 11 de agosto de 1984, hace 37 años, Venezuela festejaba la medalla de bronce que conquistaba el boxeador Marcelino Bolívar en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.
Hoy cuando nuevamente Venezuela disfruta de los éxitos de Yulimar Rojas, más las preseas ganadas por Keydomar Vallenilla, Daniel Dhers y Julio Mayora, hay una triste historia que golpea seriamente a una de esas glorias deportivas de antaño.
A través de redes sociales, ha salido a relucir la situación de extrema pobreza que vive Marcelino Bolívar olvidado por el Estado venezolano, allá en su lejano terruño que lo vio nacer en el oriente del país.
El medallista de bronce pasa muchas penurias en su natal Soledad, en el estado Anzoátegui, precisamente la misma tierra que vio crecer a la récord olímpica y mundial Yulimar Rojas. Ni en sus buenos momentos cuando estaba en su apogeo en la década del 80 y 90, tampoco desde su retiro, su éxito olímpico no le ha servido de mucho para mejorar su situación social.
En una vivienda sin electricidad ni agua potable, el medallista olímpico muestra el sufrimiento que padecen miles de venezolanos que tampoco son arropados por el llamado «Buen Vivir» que ha pregonado la Revolución Bolivariana durante veinte años, y que pese a sostener que han construido más de 3 millones de viviendas, no les alcanza una «vivienda digna» para este héroe deportivo.
Ni siquiera por llevar el apellido del héroe y patria, Marcelino Bolívar ha recibido algún beneficio. Allí vive en completo abandonado, en un lugar rodeado de envases para almacenar agua, a oscuras y con la compañía de la nevera vacía un televisor antiguo.
Marcelino Bolívar aún muestra con orgullo sus logros como pugilista de hace tres décadas. Aunque su hazaña marco un hito en la historia olímpica de su país, los internautas aseguran que su mérito no ha sido valorado por las autoridades.
Nacido en Soledad, Anzoátegui, el 14 de julio de 1964, Marcelino se convirtió en uno de los tres venezolanos en obtener medallas de bronce en los JJOO.
Bajo la categoría peso mosca (48kg), el anzoatiguense alcanzó el tercer lugar en la competencia tras perder contra el estadounidense Paul Garza González.
Al finalizar la competencia continuó con su carrera deportiva, representando nuevamente a Venezuela en las Olimpiadas de Seúl 1988. En 1994 se retiró del boxeo profesional con un récord de 21 peleas, 17 triunfos y 4 derrotas.
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