LA PRENSA DE LARA.- Solo los altos funcionarios del Estado gozan de buenos servicios básicos, salud con seguros en dólares y sus tres papas bien resueltas.
Es inaudita la afirmación del Estado al decir que «Venezuela se arregló». El balance es nada alentador en materia de los Derechos humanos, el pueblo sigue padeciendo a diario de los servicios básicos como el agua, energía eléctrica, además la salud pública está en pésimas condiciones. Ni hablar de los sueldos y pensiones que se han vuelto miserables y se convierten en sal y agua por la hiperinflación que aniquiló el poder adquisitivo del venezolano sin que al Estado le importe el sufrimiento del soberano.
Ante un pueblo indefenso y cada día más sumergido en pobreza es necesario que el Estado tenga piedad y clemencia, además deben garantizar que todos los derechos establecidos en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela sean garantizados. Debe acabarse esa violación sistemática de los derechos.& ;
El diálogo entre sectores debe plantearse para el bienestar del pueblo y no para el poder político.& ;
Por: Rafael Narváez
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