LA PRENSA DE LARA.- Desde 1991 Ucrania obtuvo su independencia y decidió por voluntad soberana acogerse a los principios democráticos mediante los cuales asumieron constituirse en una república con libertades y separación de poderes y adherirse progresivamente a los acuerdos de constitución de la Unión Europea y de los países del mundo occidental en función de lograr equilibrio en el ejercicio del poder, tolerancia y respeto a los derechos de las minorías que deben ser pilares del ejercicio de la autoridad republicana y democrática; mejoras en la calidad de vida de sus habitantes y posibilidad de lograr cambios políticos en el ejercicio del poder mediante el sufragio universal, directo y secreto para combatir los desajustes e irregularidades que ocurran en las gestiones gubernamentales.
Para un régimen autoritario como el ruso, presidido por Vladimir Putin, estas decisiones de un pueblo vecino y además que formo parte del territorio de la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, no son compatibles y sienten una aprehensión por lo que en su propio territorio pueda ocurrir en demanda de libertad y democracia tal como ha sucedido en los últimos años, en donde los grupos de inteligencia y paramilitares han recurrido hasta el envenenamiento de candidatos ganadores en comicios presidenciales para impedir reclamos y manifestaciones en procura de buscar la legitimación de los triunfos obtenidos.
Razones artificiales han esgrimido en Rusia para que sus jerarcas planearan la invasión a Ucrania, porque para ellos es fundamental anexarse esos territorios a costa del sacrificio de vidas porque requieren el poder y los recursos naturales que por esa nación pasa hacia los países occidentales de la Unión Europea. Sin embargo no se percataron de la repuesta de los países democráticos y de la dignidad de un pueblo que ha manifestado su deseo de mantener, a costa de sus vidas, la libertad y la democracia y que para ello están luchando cuerpo a cuerpo para hacer retroceder a los invasores rusos lo cual ha impedido que la bota imperial rusa se plante en suelo ucraniano.
Por esto tenemos que rechazar la conducta alienante del usurpador Nicolás Maduro al apoyar la invasión a un estado democrático por el solo hecho de estar asociado y mantener unas dudosas relaciones con el régimen de Vladimir Putin.& ;
Es necesario entonces que nos solidaricemos y alentemos al gobierno y al pueblo ucraniano a que sigan luchando hasta lograr la derrota de la bota imperial rusa, quienes han usurpado la soberanía del pueblo ucraniano cometiendo crímenes de guerra y de lesa humanidad.& ;& ;
Por: Guillermo Palacios& ;
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