LA PRENSA DE LARA.- En los archivos viejos abundan las polillas que se comen las páginas de los libros y cuadernos que no han sido bien cuidados. De las cañerías surgen los roedores y las cucarachas que se alimentan de las aguas putrefactas y sus componentes. En el estiércol habitan y se acomodan los afodios, insectos que sólo conviven en aquellas sustancias en descomposición. Son animales que forman parte de las materias corruptas que no sirven sino para ser desechadas por la contaminación que contienen sus elementos.
Cualquier organización puede ser afectada por uno o unas de estas familias si no prestan atención a sus componentes o no la someten a las revisiones o mantenimiento necesario para evitar que por el uso continuo o la falta de aplicación de correctivos en sus desgastes y funcionamiento terminen siendo algo asqueroso. Hasta el propio cuerpo humano está expuesto a serias y graves enfermedades como el cáncer sino es tratado en tiempo oportuno.
Al régimen de Venezuela, así lo pretendan disfrazar de revolucionario y metamorfosearlo bajo la égida de aplicar políticas de avanzada y sacar de la pobreza a miles de compatriotas, le ha llegado muy pronto el estado de descomposición porque ha pretendido disfrazarse de socialista siendo en verdad una dictadura totalitaria, autoritaria y fascista. Aunque pretenda endilgarle al adversario lo que es, es imposible que oculte el deterioro institucional, el mantenimiento de grupos anárquicos parapoliciales que viven en las oscuridades de la delincuencia; menos aún pueden disimular sus cúpulas gubernamentales el abultamiento de cuentas corrientes y el aumento desmesurado de sus niveles de vida que han hecho a costa del erario público. En todos los niveles de los espacios gubernamentales se siente como el facilismo y la corrupción han hecho del hombre nuevo un afodio que sólo puede alimentarse del estiércol gubernamental. Sólo un imbécil no percibe que los altos mandos del país han distribuido sus tentáculos hacia todos los ámbitos de la administración para ejercer el control de la sociedad y convertirla en un aparato de propaganda al estilo de la dictadura nacional socialista alemana. Ni se diga del sometimiento de los medios de comunicación a una política hegemónica que conlleva a la mordaza y la oscuridad.
Los últimos casos como el de Alex Saab y el Informe de la Unión Europea sobre las elecciones del 21N ratifican lo que en todos los niveles e informes nacionales e internacionales se ha detectado que es el estado de corrupción generalizado que existe en Venezuela& ; & ; & ; & ; & ;
Por: Guillermo Palacios& ;
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