LA PRENSA DE LARA.- Vemos con dolor como la sociedad venezolana se está destruyendo desde una perspectiva moral, ética y humana. Hemos normalizado cosas impensables como la delincuencia, los homicidios, la corrupción, los delitos electorales, la dignidad humana, la libertad de expresión, el derecho a la información, etc. Esto gracias a un sistema que socavó la independencia de los poderes públicos generando la ola de impunidad más grande que ha existido en nuestro país. La educación, ha sido el primer objetivo de los gobiernos disfrazados de democracia, creando ciudadanos adoctrinados en lugar de estar preparados académicamente. Por ejemplo, la educación cívica, además de entender la importante función de la familia y como un ciudadano debe desempeñarse moral y éticamente en la sociedad, puede ayudar a las personas a comprender la importancia de elegir funcionarios éticos y cómo sus decisiones pueden afectar la calidad de vida de la comunidad.
Un ejemplo reciente es el alcalde del Tigre en Anzoátegui, Ernesto Paraqueima, luego de un periodo entre 2004 a 2008, genera controversia su manera de ejercer la política en esta segunda ocasión como alcalde independiente. Contempla proyectos para ayudar a las empresas con el tema de la seguridad y fomentar la economía, estimula a la población a tener un máximo de dos hijos por medio de la educación y manifiesta estar preocupado por los embarazos precoces ya que generan familias que difícilmente saldrán de la pobreza y probablemente estarán condicionados a formar parte de la criminalidad. Sin embargo, considera que hay que «sacudir el pensamiento» y que puede, desde mi opinión, formar parte de una estrategia populista para llegar a la población en general. Según Paraqueima, el sexo es algo natural y que hay personas que lo satanizan y por ello se dedica a rifar juguetes sexuales y promocionar negocios realizando actos que se consideran inmorales. Esto se puede observar en diferentes videos encontrados en las redes sociales.
Es lamentable que tengamos personas que representan a los ciudadanos y que nos lleven a un comportamiento autodestructivo afectando esencialmente a las generaciones futuras. El impacto negativo importante del comportamiento inmoral de los funcionarios electos ha llevado a nuestra sociedad a normalizar la conducta corrupta y erosionar los valores éticos en su conjunto, incluyendo una cultura de corrupción generalizada en la que la moralidad es vista como algo relativo y la deshonestidad y la falta de integridad se consideran aceptables.& ;
Si un alcalde se dedica a rifar juguetes sexuales, promocionar tiendas que venden ropa íntima y realizar actos lascivos en el proceso, podría estar incumpliendo con su deber de desempeñar su cargo de manera ética y moral. Si esto es así, debería ser objeto de sanciones legales y/o disciplinarias como consecuencia de la investigación por parte de las instituciones encargadas de supervisar su conducta.
Cuando los líderes políticos actúan de manera inmoral, erosionan la confianza del público en el sistema político y en la integridad de las instituciones democráticas, llevando a un aumento de la apatía política y la desconfianza en la capacidad del gobierno para abordar los problemas más importantes de la sociedad.
Seamos conscientes del poder que tiene nuestro voto y tomemos decisiones sabias a la hora& ; de ejercerlo.
Escrito por: Emilin Piña& ;
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