Estefany Figueroa | LA PRENSA.- El miedo volvió a las aulas de clase, la desesperación se apoderó de los alumnos otra vez cuando los encapuchados intentaron comenzar sus actos vandálicos dentro del recinto universitario.
Se dispersaron por todos lados, pero yo sabía que venían hacia nosotros como la última vez”, dijo con miedo Juan Noguera quien es vigilante de la seguridad de los estudiantes dentro de las instalaciones de la UCLA.
Fueron 6 los encapuchados quienes interrumpieron la jornada de clases brutalmente, y en sus manos cargaban un bomba molotov la cual no pudieron accionar pues en ese momento, los estudiantes corrían a las afueras del núcleo buscando resguardarse, mientras los que estaban dentro de los salones con el temor vivo por sus vidas y la zozobra de qué iban a hacer si algo grave pasaba? En ese momento efectivos de la Policía Nacional Bolivariana llegaron justo a tiempo para detenerlos.
Sin embargo los encapuchados supieron escabullirse entre los alumnos, quienes desesperados formaron un gran alboroto que dio pie a los sujetos para que escaparan y hasta pudieran realizar varios cambios de ropa para salir ilesos, según los estudiantes que allí se encontraban.
En dicho episodio no se registraron heridos, terminó siendo un atentado frustrado y sin culpables. Luego de lo sucedido, estudiantes y personal administrativo del núcleo decidieron realizar un asamblea donde se acordó que no van a suspender las actividades académicas, más bien las reforzarán y le darán la cara a todos los atentados que vengan porque ya no le pueden seguir huyendo, esto lo argumentó la profesora Luzneida Matute.
Ataque vandálico
Agua Viva, sede de la UCLA de Medicina Veterinaria no escapó de la ola de delincuencia que reina en la zona.El pasado miércoles dos motorizados con armas de fuego en sus manos entraron a las instalaciones del núcleo específicamente hasta en el área de desarrollo estudiantil, intentando arrebatarle sus pertenencias los que allí se encontraban.
Una de las trabajadoras del departamento se resistió al robo y los delincuentes le pegaron un golpe con la cacha de la pistola, causándole una pequeña abertura en la cabeza.
Según el decano William Zambrano, es la primera vez que sucede un hecho de tal magnitud dentro del recinto universitario.