William Croes | LA PRENSA.- Detrás del esplendor de los crepúsculos y la armonía musical que hace de Lara un estado singular se esconde mucha violencia y convulsión. En 2016, las muertes y las protestas marcaron la cotidianidad de los guaros que salen a la calle a librar una batalla para ser escuchados por quienes les pueden resolver sus problemas o para no caer en manos de la delincuencia.
Datos de observatorios regionales reflejan la dura realidad que atraviesan los larenses. El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) capítulo Lara registra un incremento del 400% en la cantidad de muertes violentas por cada 100 mil habitantes en los últimos 17 años.
En el año 99 la tasa de muertes era de 11 por cada 100 mil habitantes. Pero ahora es de 42 muertes por cada 100 mil habitantes, que entre los estándares internacionales para medir la violencia ubican a una sociedad muy sangrienta y a nivel nacional, Lara es la séptima entidad más violenta, según datos del Ministerio del Interior, Justicia y Paz.
Entre marzo y octubre, el OVV contabiliza 742 muertes violentas entre marzo y octubre, sin contar enero y febrero que fueron 69 y 67 respectivamente y noviembre que
cerró con 98 homicidios suman un total de 976 muertes violentas.
Carlos Meléndez, sociólogo y coordinador del Observatorio Venezolano de Violencia en Lara, señala que las causas de los homicidios en Lara son las mismas que a nivel
nacional. La marcada desigualdad social y el ocio juvenil se combinan con un 92% de impunidad en delitos y se propician las condiciones para ubicar a Lara entre las entidades más peligrosas del país y Latinoamérica.
“Los larenses no tenemos tranquilidad. La violencia está por todos lados”, expresa Meléndez, quien señala que delinquir tiene un bajo costo porque hay muy poco castigos penales y en la calle hay una inmensa facilidad para conseguir armas de fuego que son el objeto con el cual se cometen el 85% de los delitos en la entidad.
Protestas parejas
En Lara, el Observatorio Larense de Conflictividad Social dirigido por Funpaz A.C contabilizan mil 300 protestas ciudadanas entre enero y noviembre.
“La ciudadanía larense no es tranquila ante los problemas que les competen. Han tenido que protestar ante la falta de respuesta de los organismos competentes”, expresa Andrés Colmenárez, miembro fundador de Funpaz y director del observatorio que monitorea la conflictividad.