Osman Rojas | LA PRENSA.- En el Hospital Central Antonio María Pineda se va el 2016 y los males que se arrastran desde 2015 parece que lo seguirán padeciendo en 2017. El déficit de personal médico, ausencia casi total de equipos especializados, problemas con la infraestructura y escasez cercana al 90 % en cuanto a medicamentos es el mayor dolor de cabeza del principal centro asistencial de Lara.
Caminar por los pasillos del centro médico es encontrarse con un rosario de problemas. En reiteradas ocasiones, familiares y médicos han denunciado las condiciones en las que se encuentra el principal recinto de salud en el estado; no obstante, las autoridades nacionales y regionales se hacen de oídos sordos al lamento de los usuarios.
“Ha sido un año crítico, extremadamente crítico para nosotros. Desde marzo estamos lidiando con la falta de presupuesto y la escasez de medicamentos nos sigue pasando factura. El Gobierno nacional se ha encargado de señalarnos como los responsables de la crisis, pero no reconocen que la escasez que hay en el país limita la operatividad de los centros médicos”, dijo el doctor Ruy Medina, director sectorial de Salud en Lara.
Medina explicó a La Prensa que el sector salud nunca ha tenido un año “bueno”; sin embargo, dejó claro que este 2016 ha despedazado el molde comparado con la crisis de años anteriores.
“Cuando uno se pone a ver encuentra que la salud siempre ha marginado, pero no a estos niveles. Nos critican y nos dan con todo y de todos lados, pero el Gobierno nacional no admite que hemos subsidiado al Pastor Oropeza este año. La crisis es pareja y los hospitales rojos rojitos también sufren”, aseveró.
Para el próximo año, el doctor espera que el Gobierno sincere el presupuesto que este 2016 el Hospital Central dependió siete meses de los créditos adicionales aprobados por el CLEL.