Estefany Figueroa | LA PRENSA.- La inflación también acabó con las tradiciones. En el centro de Barquisimeto ya no se ven las promociones en las tiendas y lejos de ser optimistas las personas sólo esperan una alza en los precios para este domingo.
Cualquier detalle cuesta un dineral y si se buscan electrodomésticos que era el regalo más común para honrar a la reina de la casa, la gente sale corriendo, porque los montos han alcanzado cifras estratosféricas.
Ayemar Morales es administrador y se encontraba dando un pequeño sondeo en el centro de la ciudad para comprarle un regalo a su madre en su día; sin embargo, Ayemar salió espantado con los elevados precios de los electrodomésticos. Comentó que él quería regalarle a su madre una licuadora, pero quedó impactado al ver que costaba 20 millones de bolívares.
En el recorrido que realizó el Diario La Prensa por los principales comercios se pudieron evidenciar los altos costos de los electrodomésticos o pequeños detallitos para el día festivo.
Una nevera de 15 pies en el este de la ciudad cuesta 1 millardo 700 mil bolívares, y el precio de una cocina o lavadora supera los Bs. 300 millones.
En algunos comercios están aceptando el pago de los electrodomésticos en dólares y transferencias por los altos precios, sin embargo son pocas las personas las que pueden costear al menos una licuadora o plancha.
Ni ropa interior
Las prendas íntimas, perfumes y joyas también están de mírame y no me toques. En los locales del centro de Barquisimeto pueden encontrarse precios de un brassier sencillo en 1 millón 700 mil bolívares y las pantys o cacheteros a partir de los 700 mil bolívares por cada unidad.
Lo que equivale a 1,7 sueldos mínino es decir un trabajador que quiera adquirir cualquiera de estos detalles de ropa íntima para su madre debe invertir por lo menos dos meses de su sueldo sin comprar comida.
Mucho cariño
Ante los elevados precios de los productos las personas consultadas aseguran que ese día tratarán de consertir a sus madres de otra manera o con una comida en familia porque los números no dan para un regalo.
Aseguran que no se trata de pichirrear un regalo para sus progenitoras, sino que la crisis se les ha comido el salario.