Anaís Mendoza | LA PRENSA.- Algunas con cráneos expuestos y otras totalmente destruidas. Así están, al menos, 50 tumbas en el cementerio municipal de la avenida Florencio Jiménez porque, supuestamente, los ladrones profanan los sepulcros en busca de dientes de oro y prendas de valor que poseen los cadáveres. También personas que practican la santería se llevan los huesos para sus brujerías.
En un recorrido que realizó el equipo periodístico de La Prensa se contó el medio centenar de tumbas abiertas. El sector 4 con 2 es donde se pudieron observar gran parte de los sepulcros dañados.
Cuenta un trabajador del camposanto que los brujos van con un padrino espiritual para extraer cráneos mientras que malandros acuden en busca de objetos de valor. Detalla que lo primero que hacen los delincuentes es romper con los floreros las tapas de los sepulcros que muchos están hechos de granito y cerámica. Acto seguido, remueven la tapa para luego con el mismo florero romper la base de cemento que cubre el ataúd.
Esta plantilla de cemento es sacada por los delincuentes para revenderlas, en cambio para los brujos no es de gran importancia ya que a estos sólo les interesa sacar los cráneos para continuar con su trabajo de espiritismo.
Los ataúdes vistos presentan un hueco en la base de la tapa, pero adentro no está la cabeza del difunto, sólo otras partes del cuerpo. En ocasiones los choros se llevan zapatos y ropa de los muertos porque son de ropa.
Una señora que desde hace 22 años visita al cementerio porque tiene a su hijo enterrado allí informó a La Prensa que dentro del cementerio hay una red de comercio.
Detalla a algunos obreros del cementerio son los encargados de “cuadrar los robos de las tapas de mármol y granito” y hasta a los visitantes también pichan.
“No hay orden ni seguridad. Aquí la mafia es la que maneja esto y la cosa ha empeorado; desde hace dos años para acá hay desorden‘, denunció la señora.