José D. Sequera | LA PRENSA.- El vigilante Ángel Pérez más nunca pisó un frigorífico. Su sueldo -un poco más de sueldo mínimo más el bono de alimentación-, no le permite desde marzo de 2017 comprar un kilo de carne molida para alimentarse en su casa.
Comprar carne es un lujo. En mi casa tratamos de gastar un millón 500 mil semanal en verduras y granos que es lo más barato que hay”, expresa el hombre quien asegura que volver a degustar un bistec es casi un gusto de ricos.
Pérez es sólo uno de los muchos que se han olvidado de comprar carne de res, pues en sólo 36 días los cortes de primera, “baratos”, sobrepasaron la barrera de los Bs. 3 millones mientras que los “costosos” llegaron a los 4 millones 500 mil.El pasado 2 de junio el
kilo de solomo de cuerito había rebasado los Bs. 3 millones, pero después de un recorrido realizado ayer por supermercados, mercados municipales y frigoríficos se comprobó que el aumento era de 45.51%.
Este número se queda frío ante el aumento en los cortes como el de carne molida y guisar. En mayo, la molida estaba en 1 millón 500 mil y pasó 3 millones 100 mil bolívares, fijando el porcentaje de alza en 106.67%.En esa ocasión la de guisar se vendía en 1 millón 656 mil y ahora es ofrecida en 3 millones de bolívares; es decir que en promedio desde el 2 de mayo hasta el 7 de junio el kilo de este corte au
mentó Bs. 37 mil 400 por día.
Otras proteínas como el pollo y los huevos también vieron sus precios subir más rápido que la espuma. En el caso de la carne “blanca”, el kilo de pollo entero se cotiza en unos 3 millones de bolívares, duplicando el precio que tenía hace un poco más de un mes; mientras que el cartón de huevos de 30 unidades se conseguía en 1 millón 138 mil, pero ahora está en la barrera de los 2 millones de bolívares.
Estos precios asustan a los compradores, quienes aseguran haberse olvidado de comprar este proteico. “Yo solamente puedo probar carne
cuando me muerdo la lengua”, dice el señor Armando Rodríguez. Él, a pesar que dice “no ser fanático” de la carne de res asevera que en su
casa dejaron de comprarla por lo caro que está.
“Yo gano sueldo mínimo y si lo utilizo sólo para comprar carne de broma llego al medio kilo”, comenta molesto.La imposibilidad de
comprar estos proteicos, hace que consultados tengan que comprar muchos granos y de distintos tipos. José Brito es un electricista y dice que semanalmente hace su compra de frijoles para su hogar aunque a veces también compra la carne de soya.
Ahora el mercado es comprar granos y los aliños para que le den sabor, porque de resto no se puede comprar mucho más”, admite.