Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- A pesar que existen 67.162 candidatos opositores en Venezuela, analistas políticos sostienen que es poco probable que el voto opositor se disperse en estas elecciones, porque en las últimas semanas viene creciendo una tendencia de polarización en el 85% del país. Es decir, en los estados la preferencia electoral se centrará entre la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), o entre la Alianza Democrática y el PSUV.
Para Oswaldo Ramírez, director de ORC Consultores, los últimos sondeos señalan que serán muy puntuales los municipios donde partidos independientes logren resultados favorables, y esto se deberá al rechazo ciudadano hacia las propuestas electorales hechas por los dos polos políticos clásicos en el país.
«En el 2015, en la elección parlamentaria se aumentó el caudal de votación porque lo que la gente estaba votando era cambio versus continuidad, no le importaban los candidatos, en este caso la tarjeta que representaba el cambio era la MUD, versus continuidad que era el PSUV. Esas dos energías no están tan presentes en esta elección. Ahora lo que tenemos es un elector que tiene su motivación colocada estrictamente en lo personal y en lo económico, no en un cambio político país», expresó.
Según el estudio Frequency58 de ORC Consultores, realizado del 5 al 11 de noviembre, en estas elecciones podrían participar el 43% del electorado por ese desapego de los ciudadanos de conocer la oferta electoral. Destaca que en esta ocasión la confianza en el Consejo Nacional Electoral (CNE), es del 46%, versus un 44% de los ciudadanos que rechaza al Poder Electoral.
Por su parte, Luis Salamanca, doctor en Ciencias Políticas, comentó que aunque algunas personas consideren que la oposición va dividida, la realidad es que hay que diferenciar muy bien a los grupos que se miden en los comicios. «En 20 de los 23 estados del país hay una oposición genuina, que es la MUD, van con un solo candidato, no está dividida. Lo otro que tenemos es la Alianza Democrática que lleva candidatos, pero no es la oposición genuina, no puede ser genuina porque algunos dirigentes son los que mantienen en su poder las tarjetas de los partidos que fueron judicializados por el Tribunal Supremo de Justicia», comunicó.
Al PSUV, en esta ocasión le toca enfrentarse también a una disidencia de izquierda que vota en bloque en el Partido Comunista de Venezuela (PCV).
«En Miranda, Carlos Ocariz renunció a su candidatura a gobernador por la MUD y el CNE no aceptó su sustitución en el tarjetón. Esa una estrategia del gobierno para favorecer a Héctor Rodríguez del PSUV, porque yo dudo que la gente que iba a votar por Ocariz vote cruzado pulsando la tarjeta de la MUD y la de Fuerza Vecinal. En 2017, el CNE migró 270 mil electores de centros electorales de zonas seguras a comunidades inseguras que hizo que Ocariz perdiera contra Rodríguez por 83 mil votos. En el caso de Lara, aunque hay un candidato de la MUD que es Luis Florido, Henri Falcón por ser dos veces gobernador pesa mucho en el voto. En Táchira, Laidy Gómez no va con la MUD, la apoya la Acción Democrática judicializada, ella tiene un liderazgo importante, y en Bolívar hay un candidato de la MUD, pero también está Américo De Grazia, que tiene un peso y que va por el Partido Ecológico de Venezuela», explicó.