Osman Rojas | La Prensa-. La figura de los Médicos Integrales Comunitarios (MIC) estaría por desaparecer de los grandes centros de salud. Los diversos escándalos que han involucrado a los profesionales de la red pública han hecho que las autoridades a nivel regional muestren su descontento contra los doctores asegurando que “no están preparados para ejercer la medicina”.
El último conflicto entre MIC y pacientes se registró el pasado viernes 20 de junio, día en que un pequeño de apenas dos años murió en el Hospital Pediátrico, presuntamente por mala praxis.
Whitney Texeira, madre del pequeño, relata con tristeza cómo ella llegó a las 11:30 de la noche con su pequeño hijo en brazos al ambulatorio de La Carucieña. “Mi hijo dormido se puso tieso, le costaba respirar y estaba pálido”, dice al contener el llanto Texeira, para luego añadir que “la doctora en vez de revisarlo lo mandó a la casa, tenía fiebre, pero ella no le midió la temperatura. Dijo que era una pesadilla y lo regresó para la casa”, cuenta.
Pero la pesadilla terminó siendo una convulsión silenciosa. En la mañana siguiente, cuando el niño despertó, Texeira notó que el pequeño no se movía y lo llevó al Ambulatorio del Sur, de allí lo refirieron al Hospital Pediátrico donde dieron con el verdadero problema del infante.
“Lo atendieron muy bien allá, pero lamentablemente ya era tarde, mi hijo murió a las 4 de la tarde de ese viernes”, suelta con la voz cortada Texeira.
La muerte del pequeño ha generado todo tipo de controversias. Ya en Fiscalía hay un documento firmado y sellado por el propio Julio Piña, director del ambulatorio de La Carucieña, donde aparece el nombre de la médico Marisol Álvarez, profesional encargada de atender a Texeira y a su hijo.
Ruy Medina, director sectorial de Salud en Lara, mostró su indignación por este caso. Aseguró: “Los médicos universitarios y los médicos comunitarios no hablamos el mismo idioma. Eso hay que decirlo, es gente con cuchillo matando a otra gente”, soltó Medina.
El director de Salud considera que es necesario depurar los hospitales de estos profesionales, pues son vidas humanas las que se ponen en manos de “gente no capacitada”.