Osman Rojas | La Prensa-. En el pasillo del Hospital Pediátrico, la señora Antonella Rodríguez camina de un lado a otro. Saca su teléfono para llamar a alguien y cuando le contestan, en el segundo intento, pregunta con voz desesperada “¿la encontraste?”. La respuesta la decepciona, tranca y maldice, pues necesita la Actinomicina para poder aplicarle la quimioterapia a su hijo, un niño de apenas tres años, pero en ninguna parte la consigue.
“Tengo cuatro meses esperando que la quimioterapia llegue al Seguro Social y todavía nada. Mi esposo y yo no sabemos qué hacer. El niño ya sufrió una recaída y lo tienen hospitalizado aquí, pero la única manera de aplicarle el tratamiento es con la Actinomicina”, dice Rodríguez con la voz entrecortada.
El problema con las quimioterapias no es nuevo. Desde que empezó el año, los tratamientos para niños con cáncer han sido distribuidos con retrasos, pero en el último mes la escasez se ha agudizado, al punto tal que, hasta el día lunes 30 de mayo, 50 niños en el estado Lara no se habían aplicado sus quimioterapias.
“Estoy desesperado y ya no sé qué hacer. Aquí ni siquiera los doctores te saben dar una respuesta”, dijo angustiado Ricardo Tona, padre de un niño con cáncer hospitalizado en el Agustín Zubillaga.
Marcos Suárez, oncólogo infantil, se mostró muy preocupado por la situación e instó a los padres a salir a buscar el tratamiento afuera si es posible, pues las terapias de un niño con cáncer no se pueden frenar.
“El cáncer es una enfermedad degenerativa que muta si no es tratada. Suspender la quimioterapia es algo muy delicado, porque cuando se vuelve a aplicar no surte el mismo efecto porque el organismo se encuentra más débil”, explicó Suárez.
En el mes de mayo se registraron, a nivel nacional, dos muertes de niños con cáncer porque no se aplicaron las quimioterapias a tiempo y por eso las alarmas en padres y especialistas se han encendido en los últimos días.
En el mercado ni los tratamientos de origen cubano se están ofertando.