Osman Rojas | LA PRENSA.- El Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga se ha convertido en terreno de nadie y es blanco fácil para los delincuentes. En lo que va de año, el centro médico infantil registra ocho robos de los cuales tres se han perpetrado en este mes de noviembre.
Jorge Gaiti, director del recinto hospitalario, expresó su preocupación por los contantes robos en la institución y pidió al Gobierno regional que se fortalezca la seguridad en el pediátrico. Según cuenta el especialista, hasta los médicos tienen miedo de ir a trabajar por los índices de inseguridad.
“Ya estamos cansados de esto. Estamos molestos por la negligencia de los cuerpos de seguridad. Los ladrones hacen lo que les da la gana en la madrugada y los afectados son los niños, porque hay áreas como la de farmacia que se encuentra en un cierre técnico porque no tenemos aires para refrigerar los medicamentos”, contó Gaiti en días pasados a La Prensa.
El doctor considera que es hora de “encender las alarmas”, pues considera que la delincuencia está acabando con la operatividad de los centros públicos. “No sólo es la escasez de medicamentos, nosotros también debemos lidiar con los malandros en los hospitales”, expresó visiblemente molesto el doctor Gaiti.
Ruy Medina, director Sectorial de Salud en el estado, no negó la problemática que hay con la seguridad en los centros de salud y dijo que ya los cuerpos de seguridad se han comprometido a mejorar el patrullaje. “Polilara sabe lo que está pasando. Ellos tienen conocimiento de los robos”, dijo Medina.
Para el doctor, el único responsable de la inseguridad en Venezuela es el Gobierno nacional. “Ahora mismo, la gente anda desesperada buscando lo que sea para vender y eso es producto de la pobreza extrema a la que nos ha llevado la revolución”, dijo de forma tajante el especialista.
Por los cables
El norte de los delincuentes que visitan el pediátrico es uno solo: los cables de cobre. De los ocho robos que se han registrado en el pediátrico, seis han sido para sacar cableado de la institución.
“Eso lo venden y sacan un platero. Aquí se llevan todo lo que sea pesado y que puedan vender. Detrás del edificio las tapas de las cloacas se las han llevado para venderlas y eso lo hacen es en la madrugada”, detalló un trabajador del pediátrico que no reveló su nombre por seguridad.
Según cuenta el informante, los robos se producen mayormente de 3:00 a 5:00 am. “Esto se convierte en terreno de nadie. No se ve ni un alma por los alrededores y los policías a esa hora se van a dormir”, detalla la fuente.
Aunque frente al pediátrico hay una garita de Policía y una comandancia, los trabajadores del centro de salud afirman que la seguridad es muy deficiente pues las rondas de patrullaje son prácticamente inexistentes.
“A nosotros nos han robado más que al Hospital Central. El presupuesto del pediátrico se va en comprar cables o reponer los equipos que los ladrones se llevan”, dijo Aura Castellano, enfermera de la institución.