José Najul LA PRENSA.- Las expectativas alcanzan la cumbre en el segundo encuentro de las “exploraciones para un diálogo” entre los polos políticos que imperan en la nación, y en el que media el Vaticano y tres expresidentes latinoamericanos.
La reunión se suscita envuelta en críticas, ansiedad y esperanza por parte del pueblo venezolano. La mayor duda se fundamenta en la desconfianza en torno a la posibilidad de que se lleguen a resultados concretos.
La mesa de diálogo entre gobierno y oposición no debe ser un agenda de peticiones particulares, sino la hoja de ruta para la transición política del nuevo proyecto de país”, opina la politóloga Marisol Bustamante.
Para ello, cada una de las fracciones ha presentado sus exigencias, mal vistas por sus antónimos políticos, y en especial por las alas más radicales. Por parte del Gobierno se exigió “bajarle dos” al tono del discurso —propuesta incumplida al día siguiente por el presidente Nicolás Maduro al tildar de “terroristas” a Voluntad Popular. También le piden a la oposición venezolana que suspenda “la guerra económica” y que establezca caminos de paz.
La Mesa de la Unidad Democrática ha sido insistente en un punto en específico: la publicación de un cronograma electoral, bien sea la realización de un referéndum revocatorio para este año o un adelanto de elecciones presidenciales (o comicios generales) para el primer semestre del próximo año. Además, desean que haya una renovación de la directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE), que tiene tres cargos vencidos y dos por vencer en diciembre.
Desde la MUD, pero también por parte de los sectores independientes, se exige la apertura de un canal humanitario y la liberación del control cambiario que represa los dólares.