Alexandra Peña Burgos | LA PRENSA.- Una maleta para unos pocos días, las ganas de entrar a la selección y un boleto de autobús junto a su mamá y su papá era lo único que le acompañó a la voleibolista larense Kariannly Segura cuando se enrumbó a Caracas para buscar un cupo en la selección nacional.
Fue en el 2014, solo tenía 15 años de edad, y sin haber una convocatoria especial en ese momento, pidió mostrar lo que sabía. Resultó ser la aprobación para entrar al combinado nacional de voleibol de cancha que hoy cumple tres años.
“Yo no llevaba ni ropa para quedarme, solo pedí al entrenador que me viera en un día, sin compromiso. Ese mismo día cambiaron de parecer y no me dejaron regresar a Barquisimeto, tenía mi cupo en la selección”, exclamó la voleibolista que aunque es categoría sub-21, no pierde su foco de entrar al combinado de mayores.
Mide 1 metro 65 centímetros, estatura que ya su entrenador en la selección de Lara, Marco Tulio Gómez, había proyectado hacía varios años. Hace más de cinco años le cambió su rol en la cancha, dejó de ser atacante para dedicarse a ser líbero, una posición netamente defensiva.
“Todo lo que sé, se lo debo a Marco Tulio, el me enseñó todo lo que necesitaba para estar aquí”, soltó Segura quien ya tiene en su haber una medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe universitarios y la oportunidad de ganarse el puesto en la selección de mayores para la agenda internacional.
Muchas teorías y pronósticos que decían que no llegaría al combinado nacional, meta de todo deportista de voleibol, cayeron derribadas luego que consiguió su puesto.
“Me decían que no llegaría, que era muy bajita y que mi corpulencia no era para una selección nacional y aquí estoy”, detalla la líbero sub-21 de Venezuela.