Joelis Sosa | LA PRENSA.- La Redoma de El Obelisco, llamada actualmente “Parque Barquisimeto”, desde hace algún tiempo para acá, está siendo ocupada por hombres, mujeres y niños que se refugian en cada uno de sus rincones. Con cachivaches, fogón, lavadero, sanitario y tendedero, han hecho lo más cómoda posible su estadía. Guaros lamentan que no exista ningún organismo que vele porque situaciones como éstas ocurran a diario. Revelan que las personas que allí pernoctan han perdido el pudor, a tal punto de que echan su “camaroncito” en cualquiera de los banquillos, se bañan a la luz pública y comen al estilo pícnic.
Ocho personas en total, entre ellos una embarazada y siete hombres son los que habitan en la plaza que está adyacente a la avenida Pedro León Torres. A pesar de ser indigentes no tienen aspecto de serlo, pues tienen su ropa limpia, a diario se observa cuando la lavan y la exponen al sol para que se seque.
También tienen un fogón donde cocinan, aprovechan una llavecita de agua para agarrar agua y bañarse a punta de tacitas. Lavan su ropa y la tienden en la cerca de alambre que protege el parque canino próximo a inaugurar.
Otra de las irregularidades que se constató fue la gran cantidad de personas, en su mayoría indígenas, que deambulan en la zona pidiendo dinero en los semáforos.
Dañados
Los parques ya están sin columpios, del de madera que es el más antiguo, de el sólo quedan las estructuras, algunos niños lo usan a riesgos porque las láminas están dobladas y oxidadas.
Del área infantil de tubos también queda el puro esqueleto, un amasijo de hierro, donde los pequeños no se pueden recrear porque se deterioró.
Cuando llueve se arma una tremenda laguna debajo del monumento representativo de la ciudad, las personas se quejan porque no pueden pasar por allí con tranquilidad. “Es lamentable que no se haga algo para que no quede agua empozada, eso perjudica a los deportistas”, destaca María Cristina Dompablo, quien frecuenta la zona.