Gabriel Grisanti | LA PRENSA.- Después de haber cenado, compartido dulces y de disfrutar encendiendo luces de bengala y otros tipos de fuegos artificiales durante la Nochebuena y de esperar con mucha ilusión el Nacimiento del Niño Jesús ayer en la mañana, niños de todas las edades disfrutaron en espacios públicos de la ciudad los obsequios recibidos.
María Gabriela Rivero, de 6 años, destilaba alegría, literalmente, con sus patines en líneas puestos desplazándose por el centro de la Plaza Bolívar.
Una amplia sonrisa dibujada en su rostro fue la mejor retribución que tuvo ayer su madre, Angely Rodríguez mientras desde uno de los bancos la veía.
La niña manifestaba que había pedido los patines y una guitarra, pero que eran los patines su mayor deseo en esta Navidad. “Cuando llegué a la casa de mis padrinos, como a la una de la mañana encontré el regalo. Me siento muy feliz”.
Seguidamente, su madre Angely respondió: “Hay que hacer el esfuerzo para que ellos siempre puedan disfrutar de sus juguetes, más allá de las circunstancias que tengamos”.
En el Parque del Este “José María Ochoa Pile”, Octavio Salazar se sentía complacido de ver a sus pequeños Moisés Alejandro y Matías ambos sobre las bicicletas que recibieron.
De su primer hijo, comentaba que se había levantado a medianoche muy ansioso para ir hasta el árbol de Navidad y ponerse al lado con la ilusión de recibir su regalo.
“Fue muy grato, incluso escucharle decir el ¡ho ho ho de San Nicolás!; él en su mente se inventó haberlo escuchado del muñeco mediano que allí teníamos”.
A diferencia de años anteriores, algunos espacios públicos estaban desiertos. A media mañana, la Plaza Bolívar estaba vacía y en el Parque del Este eran muy pocas las familias que acudieron a acompañar a los niños con sus regalos.