Osman Rojas| LA PRENSA.- Lara está sin sacerdotes. La difícil situación económica que atraviesa el país condena a las iglesias católicas en la región. Capillas en zonas montañosas y vicarías son los templos religiosos más afectados por la ausencia de curas.
Según pudo conocer La Prensa cada vez son menos los estudiantes graduados en seminarios para ocupar bacantes dejadas por padres jubilados o incapacitados.
Oswaldo Araque, vicario general de la Arquidiócesis de Barquisimeto, explica que en el estado hay 35 vicarías y ninguna tiene la asistencia de un padre titular porque no hay suficientes curas. Las parroquias también sienten este impacto. Los datos suministrados por la Arquidiócesis revelan que en Lara hay 95 curatos y diez están sin la presencia sacerdotal.
“Los espacios que no tienen la asistencia directa de un párroco son asistidas por diáconos o sacerdotes de manera permanente pero no es lo mismo”, confiesa Araque.
El religioso explica que la cantidad de parroquias podría ser mayor de no ser por la disposición de padres que se encargas de tres o cuatro curatos a la vez. “Se hace un esfuerzo importante para que el pueblo de Dios reciba el mensaje”, dice.
La ausencia de padres fijos en vicarías o parroquias afecta el desarrollo de la religión en las comunidades. El cumplimiento de sagrados sacramentos como la primera comunión, la confirmación o la confesión son algunas de las ceremonias aparcadas.
Iribarren (6) y Morán (2) son los municipios que más sienten las ausencia de párrocos. Crespo (1) y Simón Planas (1) completan una lista que, hasta hace poco más de 4 años tenía todas las vacantes ocupadas.
El génesis del problema radica en la formación de nuevos sacerdotes. Según pudo conocer La Prensa para que una personas reciba la ordenación (graduación) sacerdotal debe estudiar durante ocho años teología y servicio; sin embargo, en los últimos dos años se ha registrado un incremento en la cantidad de personas que abandonan los estudios para dedicarse a otra cosa.
Balbino Angulo, vicerector del Seminario Divina Pastora, explica que el abandono en la carrera sacerdotal es una constante dentro de las instituciones de formación.
El padre comenta que la dificultad para adquirir los productos de limpieza personal o la necesidad de trabajar para ayudar a sus familiares es la razón esgrimida por los estudiantes a la hora de abandonar el templo.
Tan alta es la deserción dentro de las instituciones religiosas que, en la actualidad, el seminario Divina Pastora cuenta con 43 estudiantes. Siendo optimistas las autoridades esperan graduar de ese grupo unos 16 sacerdotes.
“Muchos estudiantes sucumben ante la crisis. La necesidad en estos momentos es mucha y los jóvenes que sienten el llamado a servir a Dios deben posponer sus ganas de estudiar para ayudar a sus familias”, lamenta Angulo.
El padre explica que no todos los estudiantes graduados en Lara ejercen en la región. En estos momentos de los 43 estudiantes alojados en las instalaciones del seminario Divina Pastora; sin embargo, cuatro pertenecen a la Arquidiócesis de Guanare y dos son de la Arquidiócesis de Acarigua. “Cuando ellos se gradúen se van”, dice resignado.
Datos aportados por el seminario Divina Pastora confirman que en Lara hay 108 padres activos cuando lo normal es que sean 120. De los religiosos activos unos 80 sacerdotes están dedicados a parroquias mientras los otros 28 trabajan en la formación de nuevos sacerdotes. “El trabajo no se deja. Hay padres que descubren que su vocación es trabajar en la formación de nuevos sacerdotes y de aquí no se van”, dice Angulo.
Feligreses claman
Si alguien siente la ausencia de padres en el estado esa es la feligresía. Semanalmente los sacerdotes reciben a personas que vienen a solicitar la asistencia fija de un párroco. “Manden a un parecido para la iglesia”, es el clamor que, con frecuencia, realizan los católicos.
“Lamentablemente no podemos darle respuesta a todos. La iglesia no desasiste a nadie porque siempre estamos pendientes de ver cómo hacemos para llevar la palabra pero hay semanas en las que las capillas se quedan solas”, lamenta Angulo.
Las parroquias San Miguel, Juan Pablo Segundo y Nuestra señora de Fátima son los curatos que se han sumado este año a la lista de iglesias que no tiene sacerdote.