domingo, 23 febrero 2025
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«Buscan destruir la democracia”

LA PRENSA.- Sobre la integridad de la Asamblea Nacional penden las amenazas de un chavismo que desea con todas sus fuer­zas desintegrar un poder legí­timamente constituido por el voto popular. No sería extra­ño, que en un acto temerario, que resquebrajaría definitiva­mente la democracia venezo­lana, un grupo de poderes do­minados por el PSUV, decida disolverla, pasando por enci­ma de la voluntad de la enor­me mayoría de los venezola­nos.

Lo advierte Daniel Anteque­ra, diputado por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a la Asamblea Nacional, quien asegura que el Gobierno “se está aferrando a las estructu­ras de poder como si fueran su último hueso” a costa de agudizar los problemas socia­les que padecen cotidiana­mente los venezolanos.

Antequera, quien también es secretario ejecutivo regional de La Causa R y diputado elec­to al Parlamento del Sur (Par­lasur), considera que NicolásMaduro está dominado por las fracciones más radicales del chavismo, que lo han pre­sionado para hacer diversos cambios en la cartera ministe­rial, que sólo perjudicarán más una economía que se ha venido deprimiendo de mane­ra sistemática por las políticas de “un modelo completamen­te desgastado”.

Sin embargo, el parlamenta­rio asegura que, de manera paulatina, se han ido consoli­dando plataformas sociales para el cambio político, que no necesariamente se tradu­cen en enormes marchas, si­no que por el contrario se ma­nifiestan a través de un des­contento social que, a su juicio, debe ser canalizado po­líticamente.

¿Por que considera que el Gobierno ha apostado por la destrucción de la democracia?

-Lo están demostrando al profundizar en las políticas erradas y en los ataques que ejecutan, desde los poderes que controlan, a la Asamblea Nacional, que es un poder constituido con el voto popu­lar.

¿Pero cree que se concreten los pasos que está dando el Gobierno para deslegitimar a la AN?

-A mí no me sorprendería cualquier decisión trasnocha­da de suspensión de un poder legítimo.

¿Y qué ganaría el Gobierno disolviéndolos?

-No están apostando a una ganancia en concreto. Lo que hacen es seguir aferrándose a las estructuras de poder como si fueran su último hueso, a costa de profundizar la agóni­ca y caótica situación que es­tamos padeciendo los venezo­lanos. El problema es que tie­nen un límite, y tienen temor de cruzarlo, porque saben que ya no tienen el pueblo.

¿No sigue más bien el cha­vismo con una base sólida, que respalda este tipo de me­didas radicales?

-No la tiene. Porque cuando el chavista llega a su casa, des­pués de haber repetido la na­rrativa del Gobierno que ex­plica, para ellos, lo que pasa, sigue padeciendo los proble­mas. Ve afectada su vida, y ve que va en un franco retroceso por culpa del Gobierno.

Diosdado Cabello ha dicho que “a la AN le queda poco tiempo”, ¿cree que esta sea una amenaza real?

-La gente ya perdió el miedo ante el poder que contaba con armas, amedrendamiento, narrativa. El año pasado el chavismo lo gastó profiriendo amenazas, y perdieron. Este año siguen haciendo lo mis­mo, y ese chantaje lo que hace es hundirlos más.

¿Aún así no es una manera efectiva de mantener poder, porque la AN pareciera estar arrinconada por el chavismo?

-Yo diría que no. Más allá de cualquier boicot o freno a cualquier proyecto de ley de orden social, hemos podido avanzar en una tarea impor­tante para desnudar la situa­ción que vivimos tanto a nivel nacional como en el plano in­ternacional. Ellos lo que ha­cen es demostrar su radicalismo, lo que erosiona cada vez más su deprimida popularidad.

Esta semana Maduro sacó a Miguel Pérez Abad del minis­terio, ¿no es una prueba de que quienes siguen domi­nando son los radicales?

-En efecto. Yo no puedo sal­var la gestión de Pérez Abad; sin embargo, sé que propició algunos acercamientos con el sector privado. También cali­ficó como errores las expro­piaciones. Todo eso le pasó factura, porque lo sacaron sin siquiera avisarselo. Y siguen, por supuesto, los radicales del chavismo dominando las estructuras del Gobierno na­cional.

¿Por qué la Asamblea Nacio­nal no ha sido más beligeran­te frente al Gobierno?

-Yo creo que, inicialmente, en el parlamento debimos to­mar con más seriedad el te­ma de los problemas sociales, y temas políticos de profundi­dad, como la enmienda cons­titucional. No sé por qué no se hizo, y lo digo a manera de crítica constructiva. Pero también hemos tenido acier­tos.

¿No son más bien un poder acosado y sumiso, que se ca­lla frente al Gobierno?

-La potestad que nos ha da­do el pueblo es una tarea que debemos asumir sin miedo ni vacilaciones.

¿Hay miedo y vacilación en la MUD?

-No es tanto que lo haya. Hemos tenido el mismo mensaje y la cohesión en el discurso. El Gobierno no en­tendió cuál es la necesidad del país, nosotros, por el con­trario, sí lo hemos entendido y estamos actuando en conse­cuencia. La idea es mejorar la situación concreta de las per­sonas que están padeciendo por la escasez de medicinas, de comida.

¿Por qué la MUD no ha to­mado las calles permanente­mente?

-La gente se moviliza, pero por causas sociales. Quien tiene un papel de liderazgo político debe transformar la frustración de una cola, y transformarla en una acción política.

¿Cuál es la razón para que no estén marchando cons­tantemente como oposición?

-Lo que pasa es que la frus­tración no necesariamente se debe canalizar como una

No hay mucho que dialogar con el chavismo

Para Antequera, el país no es­tá dividido en dos grandes po­los políticos. Por el contrario, considera que, en la actuali­dad, hay un enorme bloque mayoritario de la población, que pide una salida de Nicolás Maduro.

Por eso, considera que hay poco que debatir con dirigen­tes rojos que están entrampa­dos en una narrativa falsa, y que “han sido o siguen siendo copartícipes del desastre que vive Venezuela”.

¿Cómo evalúa un diálogo en los términos en el que lo plan­tea Henri Falcón?

-En el tema del diálogo, que siempre ha tenido presente el Gobernador, hay que tener presente una ralla muy fina, que usarlo de manera cons­tructiva, y no como una herra­mienta política para que el Go­bierno gane tiempo.

¿Pero vale la pena dialogar con el Gobierno?

-El diálogo debe empezar por la sociedad. Yo no creo que el país esté dividido en dos facto­res igual de grandes. Por el contrario, creo que lo que exis­te es una enorme mayoría de venezolano que le piden al Go­bierno que se vaya. La discu­sión que debe darse es cómo buscar acciones para asumir las riendas del Ejecutivo de manera democrática.

¿Y no vale la pena dialogar con el chavismo?

-Con factores políticos del chavismo no hay mucho que dialogar. Porque están conta­minados por la acción que ha tenido sobre ellos una narrati­va nociva, nacida del desprecio y la división de los venezola­nos, y que desatiende los ver­daderos problemas de la socie­dad.

¿Pero por qué el gobernador insiste en el diálogo, incluso a costa del malestar que eso pue­de causar en la MUD?

-Cetro de la diversidad políti­ca cada quien tiene su estrate­gia. Lo que creo es que la Uni­dad está por encima de cual­quier estrategia individual o de algún partido en particular.

¿Vale la pena incluir al cha­vismo en un nuevo Gobierno?

-Quien tiene interpretaciones del país, y eso es completa­mente libre. Pero pensarse un Gobierno con ministros que hoy estén en ejercicio es absur­do, porque ellos encabezan un proyecto que hoy se está aca­bando.

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