Isabella Delgado | LA PRENSA.- Los estudiantes de Medicina de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) no sólo deben lidiar con las carencias de la planta física del Decanato y sus laboratorios. A la hora de salir de las aulas a hacer las prácticas profesionales en centros rurales se encuentran con la inoperatividad de los vehículos de la universidad, falta de insumos en los ambulatorios y hasta de papel para hacerles récipes a sus pacientes.
Los 12 vehículos con los que cuenta la universidad para traslados a centros rurales se encuentran inoperativos por falta de repuestos, detalla Karen Parra, presidente del centro de estudiantes del Decanato de Ciencias de la Salud. Estos deberían prestar apoyo a los estudiantes y trasladar a los profesores a los centros asistenciales para labores de tutoría.
“Muchas veces estamos solos. En algunos centros hay médicos integrales comunitarios, pero pocos. No hay gasas, no hay ambulancias para hacer traslados. Pacientes complicados se nos mueren. Las deficiencias sanitarias son graves y nos preocupan. Esto es una realidad que hay que divulgar”, asegura la dirigente.
Para hacer la “ruralita”, como también es denominada la práctica de 50 días hábiles correspondiente al sexto año, los estudiantes deben sacar el bolsillo el dinero de los pasajes. Para ir a uno de los poblados de Torres deben contar con al menos 3 mil bolívares para pagar la ida y vuelta. El monto es casi la mitad de la beca socioeconómica del Ministerio de Educación Superior, que hasta el 21 de noviembre fue de 8 mil bolívares.
La residencia en estos centros no es costeada por los estudiantes. Está exonerada por un convenio entre la universidad y el Ministerio de Salud. Pero consultados aseguraron que algunos de estos centros no se salvan de la desidia.
Para Maigualida Colmenares, coordinadora de la asignatura Medicina Rural, la presencia de los estudiantes en los centros foráneos debe ser valorada. Prestan la asistencia médica pese a todas las dificultades.
“Estos son estudiantes que terminaron ya su formación. Hacen su trabajo de prevenir, educar y curar. Lo importante es que todas las dificultades no impiden que ellos hagan su trabajo y se desarrollen como profesionales”, destacó la docente.