Agencias | LA PRENSA DE LARA.- El miércoles posterior a la elección confirmó que son tiempos especiales en Estados Unidos, con insólitos 22 grados y sol a pleno en Washington en el mes de noviembre. La falsa primavera es el contexto perfecto para una elección presidencial que desembocó en el más complejos de los escenarios, y que requerirá de paciencia y de algo que parece obvio, aunque ya no lo sea tanto: contar hasta el último voto para saber quién ganó.
Lo que a las cinco de la madrugada de este miércoles parecía un escenario difícil para el demócrata Joe Biden, comenzó a virar hacia uno optimista con la salida del sol en la costa Este de los Estados Unidos. Estados como Michigan y Wisconsin, perdidos hace cuatro años por Hillary Cinton ante Trump, le daban ventaja estrecha, pero creciente, al demócrata. Y así, las cuentas para llegar a 270, el número mágico de electores que garantiza la presidencia en el Colegio Electoral, se hicieron mucho más verosímiles para el ex vicepresidente, reseña Infobae.
Fue una elección que dejó muchas lecturas. Una es que Biden tuvo un mejor desempeño que Hillary Clinton, porque obtuvo más votos, más porcentaje y todo indica que ganó en más estados. Pero el Trump de 2020 hizo una mejor elección que el Trump de 2016, sumando casi dos puntos porcentuales más que entonces. Así, la polarización fue enorme, no hubo más espacio que para Biden o Trump.
Las cifras hasta el momento marcan que Biden gana en el voto popular, por 50,2 a 48,2 por ciento, y en el Colegio Electoral, con 248 a 214. En un país de 50 Estados, todas las miradas están puestas en lo que suceda en un puñado de ellos: Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Arizona, Nevada, Georgia y Carolina del Norte. Pero es lo que sucede en el norte (Michigan y Wisconsin) y el oeste (Arizona y Nevada) lo que importa especialmente a los demócratas, porque ganando esos cuatro Estados se aseguran el regreso a la Casa Blanca.
Mientras tanto, la campaña del presidente Donald Trump dice que entablará una demanda para detener temporalmente el conteo de votos en Pensilvania, alegando falta de «transparencia».
Justin Clark, subdirector de campaña de Trump, dijo en un comunicado el miércoles que la campaña interpondrá la demanda «para que los funcionarios electorales demócratas dejen de ocultar el conteo y procesamiento de las boletas a nuestros observadores electorales republicanos». Añadió que la campaña quiere «detener temporalmente el conteo hasta que haya una transparencia significativa y los republicanos puedan asegurarse de que todo el conteo se haga de acuerdo a la ley».
Trump, que en la noche del martes al miércoles vio como Biden tomaba la iniciativa y decía públicamente que se veía «en el camino de ganar la elección», moderó horas más tarde su aparición de las dos y media de la madrugada. Si bien en esa noche en la Casa Blanca se declaró ganador, dijo que querían robarle la elección y amenazó con recurrir a la Corte Suprema, el tweet de la mañana del miércoles fue menos potente, porque no se declaró explícitamente ganador.
«Anoche estaba en ventaja, en muchos casos sólida, en muchos Estados clave, casi todos ellos gobernados y controlados por demócratas. Luego, uno por uno, comenzaron a desaparecer mágicamente mientras se contaban los votos sorpresa. MUY EXTRAÑO, y los ‘encuestadores’ se equivocaron completamente e históricamente».
Con información de: Infobae / AP