LA PRENSA.- Workaholic es el popular término anglosajón que define a aquellas personas catalogadas de adictos al trabajo, incapaces de desconectar ni siquiera durante los ratos de ocio o períodos vacacionales. Aquí te aportamos varias claves para eliminar este lastre.
Para los workaholic, o adictos al trabajo, la dificultad no reside en la organización, la concentración o la superación personal durante la jornada de trabajo, sino en la incapacidad para descansar plenamente y disfrutar del tiempo libre, las aficiones, los seres queridos o las vacaciones.
Para los que padecen este problema contemporáneo -uno de los más frecuentes y dañinos en la actualidad junto al llamado efecto Blurring-, el ocio, el inicio de un viaje o las semanas de vacaciones se convierten en momentos que generan un gran estrés debido a la incapacidad de delegar y ceder el control a otras personas.
¿Qué sufren los adictos al trabajo?
Para este tipo de personas, el trabajo constituye el centro de la vida del individuo, por lo que el propio empleo resta importancia a todo el resto de ámbitos de la vida, incluida la familia, el ocio y la vida social. Por ello, el hecho de llevarse trabajo a casa para acabarlo por la noche o los fines de semana se convierte en una práctica habitual, y el período vacacional resulta un desencadenante de ansiedad.
Los workaholics van perdiendo de forma gradual su estabilidad emocional y capacidad de relajación y disfrute, convirtiéndose en su excesivo afán por la perfección y el éxito en adictos al control y al poder.
Síntomas más frecuentes de los workaholics
Los adictos al trabajo pueden sufrir cuadros de ansiedad e irritabilidad o depresión. Experimentan una constante necesidad de trabajar más, están constantemente preocupados por su rendimiento laboral, experimentan sensaciones de vacío emocional y suelen infravalorar otro tipo de actividades distintas a la laboral.
Las consecuencias más habituales a nivel fisiológicos son el estrés y insomnio y, a largo plazo, hipertensión arterial y aumento de probabilidades de sufrir enfermedades vasculares. Los workaholics no se sienten capaces de pasar un período largo de descanso sin ansiedad e irritabilidad.
Para que durante este verano y en adelante, esto no suceda, existen varios consejos que puedes poner en práctica.
Recomendaciones para evitar la adicción al trabajo
- Desconecta tu smartphone por completo a nivel laboral, en lo referente al tráfico de datos y a las aplicaciones relacionadas con la empresa. Restringe las llamadas a unos cuantos números habilitados para urgencias.
- Desvía el resto de llamadas habituales a tu contestador o al número de la oficina. Prepara el correo electrónico para ausentarte: puedes programar de forma automática los mensajes de respuesta que desees.
- Avisa de antemano acerca de tus vacaciones a tus clientes o proveedores habituales, sobre todo a aquellos con los que tengas asuntos pendientes. Muéstrales interés y fija una fecha a la vuelta de tu descanso para retomar vuestra actividad conjunta.
- Céntrate en actividades placenteras: Olvida el reloj y exprime tu tiempo en aquellas cosas que no puedas hacer en el período laboral, como largas sesiones de deporte, viajes, rutas fotográficas, visitas culturales, festivales y conciertos, quedadas con amigos o visitas gastronómicas.
- Diversifica tus gustos y descubre nuevos hobbies: Aunque los workaholics argumentan que su trabajo les encanta, no debería ser impedimento para explorar nuevas aficiones que te enriquezcan en el terreno personal. Talleres y actividades creativas, manualidades, cocina, nuevos parajes, deportes de riesgo…¡Descubre qué puede llamar tu atención!
- Para los casos más extremos de adicción al trabajo, es recomendable incluso aparcar los aparatos tecnológicos y dejar los dispositivos en casa, viajando a zonas donde la cobertura móvil sea escasa o inexistente y solo tengas ocasión de disfrutar de tu entorno y acompañantes.
- Si es urgente que realices algún tipo de actividad laboral durante las vacaciones, sé flexible respecto a ella, márcate unas horas determinadas de trabajo y exígete un tiempo de ocio y desconexión. Para planificarte, puedes recurrir a alguna aplicación idónea para optimizar tu tiempo.
- Tómate las vacaciones como una oportunidad para delegar y confiar en tu equipo de profesionales:
- Recurre a técnicas y ejercicios relajantes como el yoga, la meditación o las técnicas de respiración en aquellos momentos del día en los que aparezca la ansiedad o la necesidad imperante de contactar con tu entorno laboral.
- Procura dormir las horas diarias que te pida el cuerpo y fijarte un horario libre de ataduras, permitiéndote caprichos y sin marcarte absurdas obligaciones. Intenta que tu mentalidad sea más permeable y cambiar el chip para volver a tu puesto de trabajo con la energía renovada y una nueva sensación de autocontrol y confianza.