José Najul | LA PRENSA.- La ausencia de gasolina en las bombas de la entidad larense está comenzado a registrar importantes daños colaterales en diversas áreas de la economía regional, deteriorando aún más lo que los especialistas consideran una dinámica comercial e industrial muy deprimida. Mientras tanto, las autoridades oficiales sostienen un mutismo indefinido.
Las razones del conflicto no están claras, y los argumentos que los voceros han esgrimido han sido circunstanciales, sin explicar el trasfondo del problema. El impacto no distingue barreras. Desde los productores e industriales más consolidados, pasando por los trabajadores, y llegando a los productores y distribuidores independientes, sienten una preocupante afectación frente a las dilatadas colas que se registran en la estaciones de servicio, y que deben tolerar para mantenerse activos.
El problema de la escasez de gasolina en el estado Lara es como una especie de una continuación del problema mayor, de la crisis que ya hemos venido confrontando los venezolanos. Afecta a todo el mundo”, expresa Rita Betancourt, presidenta regional de la Cámara de Comercio. Betancourt señala que una de las dimensiones básicas del comercio es la más afectada: la distribución.
Los trabajadores que basan su rutina laboral en el traslado de equipos, mercancía e insumos, dependen directamente de la disponibilidad de la gasolina; al escasear, deben utilizar horas laborales en llenar los tanques, y eso retrasa la llegada de los productos necesarios para la dinámica comercial. También han registrado un preocupante ascenso del ausentismo laboral.
Es natural que esto sea así. Los empleados son personas que deben trasladarse diariamente, de ida y de vuelta, hacia sus trabajos, en transporte público o en carro particular, y la escasez de gasolina los afecta”, señala Betancourt.
Luis Marín, director de la Cámara de Industriales del estado Lara, indica, por su parte, que han comenzado a visualizar conflictos con la distribución de la materia prima.
Nos han llegado casos de industrias que han tenido que esperar más tiempo del que estaba pautado para recibir los insumos que requieren para trabajar. Los distribuidores se excusan, explicando que no tienen gasolina”, asevera Marín.
Otro de los centros de mayor intensidad comercial se ha visto medianamente impactado. Se trata del Mercado Mayorista de Barquisimeto (Mercabar). Allí, una importante parte de la flota que distribuye las frutas y las hortalizas está compuesta por camiones de tipo 350, así como camionetas “pick-up”, que carburan gasolina.
Soy de Nirgua (estado Yaracuy). Y desde que comenzó el problema tengo que venir preparado para estar en el estado Lara. Me ha tocado desviarme hasta San Felipe para poder abastecerme, y después retornar hasta Barquisimeto, porque las colas aquí, y en los pueblos cercanos son, como mínimo de una hora”, expresa Leandro Mendoza, conductor de un camión 350.
Refiere que, durante los primeros días, era rentable abastecer los vehículos en pueblos de Yaracuy cercanos a Lara, como Yaritagua o Chivacoa, pero como la escasez ha sido muy sostenida, han comenzado a llenarse de larenses en busca de gasolina.