Guiomar López | LA PRENSA.- El año 2018 empezó con la dramática situación que atravesaba la Orquesta Sinfónica de Lara (OSL). Anunciaron un paro técnico al sentirse a la deriva y sin respaldo gubernamental, ya empezando a ser atendidos. Pero el panorama general para los músicos en Lara no es muy diferente porque siguen en pie con una reprogramación de actividades ante el acecho del problema de los traslados, diáspora de talentos y el alto costo de manutención de instrumentos.
Ven la luz con el apoyo de la gobernación. Muy concreto con el caso de la OSL, cuya directiva fue escuchada y les cancelaron los pasivos laborales de 2017. Una deuda de la antigua gestión desde julio de 2017 y según el director Andrés Riera fue saldada por 320 millones de bolívares para los 80 miembros entre artístico, administrativo y obrero.
La dinámica les cambió y luchan para que la coyuntura país no le reste calidad en sus presentaciones. Mantienen la elegancia y lo sublime que inspira la música, pese a las limitaciones que -por muy básicas- no socavan los ánimos de estos músicos y resto del personal.
El problema para conseguir el dinero en efectivo para el pasaje aún corroe las bases. Mairin Pardo es violoncelista de la OSL y viaja a diario desde Yaracuy, gastando más de Bs. 20 mil en pasaje y así como ella, otros provenientes de municipios foráneos, sin poder conseguir el monto para la semana.
De allí, la reprogramación con horarios más flexibles, que antes permitían ensayos diarios al final de la tarde y ahora se ajustan máximo a 3 veces por semana, en intensivo y no bajar el nivel de exigencia.
Pero el traslado también se complica al no contar con las unidades, cuando alquilaban camiones, tal como realizaba la Banda de Conciertos “Antonio Carrillo”. A veces deben hacer hasta doble viaje, porque se trata de instrumentos musicales, sillas, atriles y demás implementos, incluso para la hidratación.
Esto conlleva a la mancomunidad con el sistema orquestal, con recursos a nivel nacional de FundaMusical y pueden colaborar con sus unidades. Alfredo D’ Addona, aclara que de las 4 unidades, 2 esperan por mantenimiento desde Transbarca y alianza con la gobernación. Programación que no debe chocar con presentaciones en simultáneo.
También afecta la diáspora de talentos, que Leonor Freitez, titular de la banda, reitera son difíciles de ubicar como oboistas y saxofonistas, cuyas audiciones ameritan del perfil profesional.