Osman Rojas | LA PRENSA.- Bajando la cabeza y tomando el récipe con un gesto de resignación, Alfredo Paredes sale de la farmacia Miranda ubicada en el centro de Barquisimeto sin conseguir Concor, pastilla que desde hace cinco años toma para controlar su presión arterial.
‘Nos tocará sentarnos y esperar la muerte‘, dice sin esperanzas Paredes, quien alega que ‘desde hace dos meses ando buscando las pastillas. Salgo del trabajo y me voy farmacia por farmacia a buscar del tratamiento, pero a donde llego me dicen que no hay‘, lamenta Paredes antes de salir de la farmacia.
La historia de este paciente es triste, pero común. El calvario de los enfermos crónicos en el país continúa y es que, según Freddy Ceballos de la Federación Farmacéutica Venezolana la escasez de fármacos en el país roza el 97% mientras que los fármacos para personas con enfermedades crónicas han desaparecido en un 99%.
‘De forma esporádica aparecen medicamentos, pero eso no quiere decir que la situación haya mejorado. Los niveles de escasez se han agudizado y los pacientes sufren. Cuando un medicamento aparece es con un precio caro y esto se debe a que se ha dolarizado la industria, no es porque la producción se haya revitalizado. La situación es grave, se le adeuda mucho dinero a los laboratorios y el Gobierno no da respuesta a la industria farmacéutica‘, recalcó Ceballos en conversación con La Prensa.
El representante de la industria farmacéutica explica que el problema con los medicamentos responde a un tema financiero. ‘El Gobierno nacional le debe más de 800 millones a los laboratorios y así nadie produce. Hemos queridos sentarnos en mesas para dialogar y encontrar una salida a la situación pero al sol de hoy nadie nos ha dicho nada de la deuda‘, lamentó Ceballos.
La Prensa realizó un recorrido por 12 farmacias de Barquisimeto para ver qué medicamentos se dejaban ver. En 10 de los comercios consultados, no se encontró ningún tipo de medicinas para enfermedades como la diabetes, el asma o la hipertensión y sólo en dos, este rotativo encontró Losartan para las personas que sufren del corazón.
Los farmaceutas no son optimistas de cara al futuro pues, a poco menos de dos meses para que culmine el año, los pedidos a laboratorios se siguen quedando en lista de espera.
‘Los laboratorios están trabajando con las reservas y las pequeñas farmacias son las que más sufren‘, lamentó David Torres, encargado de una droguería en el centro.