EFE | LA PRENSA.- El Barcelona asestó un golpe definitivo al Real Madrid en Liga y endosó a Zidane su derrota más dolorosa, tras una apuesta arriesgada sentando a Isco y apostando por Kovacic, que se le volvió en contra en una segunda mitad de inferioridad con goles de Luis Suárez, Messi de penalti y Aleix Vidal.
El Barcelona no arriesgó y el Real Madrid atacó a oleadas con Modric como el cerebro de todo. Cristiano chutaba al aire su primer intento y el pulso de los reyes del fútbol tenía respuesta con Messi. Apareció poco en zona de peligro pero siempre leyendo bien cada acción. Su mejor socio sería Paulinho y su llegada por sorpresa desde segunda línea. A la media hora el pase medido desde la cal de banda derecha del argentino, encontró el remate en carrera del brasileño y la manopla salvadora arriba de Keylor Navas.
Iniesta puso su nombre al balón, con lecciones en cada una de sus apariciones, y comenzaron a acabar jugadas con Luis Suárez avisando antes de romper el partido. En la mejor salida de balón de un Busquets impreciso, encontró el espacio al movimiento de Rakitic, la mala lectura de Kovacic que por seguir a Messi dejó un tres para dos que aprovechó Sergi Roberto para extender su sociedad con Luis Suárez. A placer adelantaba al líder.
Un error de Casemiro, tras perdonar Suárez el segundo y con Asensio y Bale preparados para salir cuando iba a entrar en escena el plan b, dejó en un mano a mano al uruguayo ante Keylor que sacaba y tras varios remates Carvajal detenía con sus manos un cabezazo de Paulinho. Expulsión, penalti y lanzamiento a la escuadra de Messi. Las opciones del Real Madrid quedaban sentenciadas, a catorce puntos del líder y con un partido menos. Una distancia jamás levantada en la historia de la Liga.
Fiel a su identidad, el Real Madrid murió luchando hasta el final, pidiendo dos manos dentro del área rival no señaladas por el colegiado y hasta perdonando oportunidades claras de gol Bale.
Roto en su planteamiento, el peligro de acabar goleado existía y Keylor fue salvador ante Messi y Semedo, pero nada pudo hacer en el añadido con el disparo de Aleix Vidal que cerraba el primer triunfo de Valverde ante un Zidane al que deja señalado.
La venganza de la Supercopa de España estaba cumplida.