EFE | LA PRENSA DE LARA.- Venezuela soporta graves problemas medioambientales, pero juega con ventaja en la preservación de la capa de ozono gracias al «relámpago del Catatumbo», un fenómeno que produce 250 rayos por kilómetro cuadrado unos 300 días al añ;o y que convierte esta zona de Maracaibo en una de las mayores generadoras de este gas en el planeta.
Las tormentas ayudan, según expertos en la materia, a reparar el dañ;o que diversos factores producen en la capa de ozono, aunque todavía continúa en estudio en qué medida benefician y qué probabilidades hay de que el gas útil llegue a la estratosfera y sea realmente efectivo.
Pese a contar con un aliado natural, como lo es el «relámpago del Catatumbo», Venezuela -que se unirá este viernes a la conmemoración del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono- enfoca sus esfuerzos en otros frentes más prácticos y cotidianos, cuya efectividad está probada, como la reducción de sustancias dañ;inas y la sustitución de máquinas industriales y domésticas que emiten materia contaminante.
Además, desde 1992, el país cuenta con el Fondo Venezolano de Reconversión Industrial y Tecnológica (Fondoin), adscrito al Ministerio de Industrias, para llevar a cabo programas para reconvertir sustancias de las empresas, así como planes educativos para entrenar a técnicos que manejan equipos menos contaminantes.
EL PROTOCOLO DE MONTREAL «AL PIE DE LA LETRA»
La bióloga y asesora técnica de Fondoin Carmelina Flores ha dicho a Efe que Venezuela está «cumpliendo al pie de la letra» el Protocolo de Montreal, un acuerdo mundial firmado el 16 de septiembre de 1987 y en vigor el 1 de enero de 1989, cuyo objetivo es proteger la capa de ozono de la estratosfera terrestre reduciendo gradualmente las sustancias químicas que la agotan.
En 2016, se acordó una enmienda a dicho protocolo que contempla que, además de lo establecido en el texto inicial, se reducirán la producción y consumo de los hidrofluorocarbonos (HFC), gases empleados en aires acondicionados y sistemas refrigerantes cuyo potencial de calentamiento tiene un grave impacto en el efecto invernadero.
Se trata de la enmienda de Kigali, vigente desde 2019, y que el Parlamento venezolano aprobó en 2021, comprometiendo así al país a adherirse al compromiso fijado en el texto, que dice que en los 30 añ;os siguientes a la entrada en vigor de la misma, deben reducirse en más de un 80 % los HFC.
Flores recuerda que, además, al ser un país en vías de desarrollo, Venezuela tiene una moratoria de 10 añ;os para poder adaptarse a los cambios previstos, respecto a las naciones más avanzadas.
OTROS ESFUERZOS Y RECURSOS
Venezuela cuenta con un Fondo Multilateral que el Protocolo de M