Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Los concesionarios marca Mitsubishi, Nissan, Chevrolet, y Volkswagen que están ubicados al oeste de Barquisimeto, se encuentran abandonados. Son el reflejó de la realidad que registran las siete ensambladoras que existen en el país, que están paralizadas, sin mano de obra calificada para producir automóviles, por la pérdida del poder adquisitivo de los venezolanos y las erradas políticas económicas del gobierno, que han generado hiperinflación y el empobrecimiento de la población. Según comunicó a LA PRENSA Omar Bautista, presidente de la Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotores (FAVENPA), en 2020 se ensamblaron tan sólo 107 vehículos, una caída de 99,9% del sector, si se compara con el año 2010 cuando se produjeron 104.359 automóviles.
Precisó que el sector lleva contrayéndose ocho años consecutivos, y en medio de la peor crisis la estocada final que los llevó directo a la fosa, ha sido la política de Nicolás Maduro de permitir desde hace dos años, la importación de vehículos usados del año 2019, y de exonerar desde diciembre de 2020 el pago de aranceles aduaneros, tasas aduaneras y pago del Impuesto Al Valor Agregado (IVA) para los vehículos importados.
«Esa importación que existe actualmente, de marcas no tradicionales de carros, camionetas y vehículos de carga pesada, desaparecen cualquier posibilidad de poder ensamblar un automóvil en el 2021. Actualmente la población de vehículos en Venezuela es un poco más de cuatro millones de unidades. En los últimos cinco años tan sólo las ensambladoras han logrado poner en el mercado 20 mil vehículos nuevos, una cantidad mínima, lo que representa que hay un parque automotor envejecido sin posibilidad de innovarse«, comentó.
La crisis en el sector automotriz comenzó en 2009, año en que la ensambladora Mitsubishi, que fabricaba además automóviles Hyundai y Fuso, cerró sus operaciones en Venezuela, siendo el peor presagio. «El problema del ensamblaje de vehículos comenzó con la falta de divisas, cuando la producción petrolera empezó a descender y PDVSA no generaba los suficientes ingresos para el país como para suministrar a la industria automotriz las divisas necesarias para ensamblar», recordó.
Posteriormente las ensambladoras registraron un problema para fijar el precio de su producción, tras acuerdos con el gobierno se les permitió establecer los precios en dólares, pero el alto costo de las importaciones y la precaria posición económica de la población, además de la escalada de los precios por la voraz hiperinflación hizo que el negocio de la fabricación de carros fuera aniquilado, perdiéndose también 8 mil empleos directos de las ensambladoras, y acabando con el 50% de las ventas de los fabricantes nacionales de autopartes.
«Están todavía las instalaciones de Toyota, Mack, IVECO, Mitsubishi, Chrysler, Encava, fabricantes de autobuses, Ford, Chery, pero ninguna está produciendo, y los trabajadores que tienen apenas les da para mantener las instalaciones«, enfatizó Bautista.
Sus declaraciones son una radiografía de lo que se vive en los pocos concesionarios que todavía se mantienen abiertos en Barquisimeto. En una agencia de automóviles de la Ford, ubicada en la avenida Pedro León Torres con calle 59, una ejecutiva de ventas contó a LA PRENSA que en 2020 tan sólo vendieron una camioneta Explorer del año 2018, actualmente exhiben motos eléctricas, y unos tres camiones 350 4×2 del año 2015, con instalaciones a gas que valen alrededor de 25.380 dólares. «Los bancos dejaron de otorgar créditos para el sector automotriz y con eso se paralizó la venta de automóviles. En la época de oro del sector, hace 19 años este concesionario facturaba 300 automóviles mensuales», apuntó la gerente que pidió no ser identificada.
«Los vehículos se tienen que pagar de contado, en el pasado una persona podía dar 70% de inicial de su valor y quedaba pagando giros por 48 meses, ahorita la realidad impide eso», apuntó Luis Román, presidente de la Asociación de Distribuidores de Automotores y Maquinarias de la Región Centro Occidental (ADAMCO).
En la Venezuela pujante cuando había producción privada y pública, en el país se llegaron a exportar 20 mil vehículos a países como Colombia y Ecuador en 2005.
La burbuja de las importaciones
Mientras el sector automotriz en Venezuela fue pulverizado por la caída de la producción y las políticas económicas aplicadas durante 22 años de gobierno, Luis Román, presidente de la Asociación de Distribuidores de Automotores y Maquinarias de la Región Centro Occidental (ADAMCO), comunicó que está surgiendo un nuevo mercado de camionetas importadas con marcas poco reconocidas en el país.
«Hay nuevas marcas que están saliendo, como las camionetas Changan, importadas de China que tienen motor diesel. En los últimos tres meses esa marca viene posicionándose en el país, ya ha abierto seis concesionarios y ha puesto en el mercado unas 400 unidades», resaltó.
Entre los estados donde se encuentran esos concesionarios que ahora exhiben esas camionetas de lujo, año 2020, con tecnología de punta y que se comercializan en toda Latinoamérica, se encuentra el ubicado en la avenida Bracamonte con Leones al este de la ciudad.
«Han colocado además 200 camionetas en Portuguesa, hay concesionarios en Caracas, Valencia y Barinas, se están activando algunos mercados y esperamos que la banca pueda dar algún tipo de financiamiento tras la medida del Banco Central de Venezuela de liberar el encaje legal de 93% al 85%», indicó.
Detalló que estas camionetas son 4×2 ó 4×4 tienen un motor marca Isuzu, que se está comercializando en el país. «Las buscan por la escasez de gasolina, además porque son muy rendidoras y sobre todo por su precio. Una camioneta Changan puede costar alrededor de 37 mil dólares, mientras que un modelo marca Toyota, ensamblada en Venezuela que no sea de este año, puede costar 53 mil dólares, pero claro Toyota es Toyota», exclamó.
«Los vehículos importados de cualquier marca lo que generan es una multiplicidad de modelos mayor y creará dificultades para la adquisición de repuestos y el mantenimiento de esos vehículos porque va a ver tanta variedad de carros que los talleres mecánicos no van a poder prestarles el servicio por no contar con los insumos o los repuestos necesarios en el país», mencionó Omar Bautista, presidente de la Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotores (FAVENPA).
Autopartes nacionales en jaque
Omar Bautista, presidente de FAVENPA, precisó que el sector cuya producción de repuestos y autopartes exportaba un 70% a Estados Unidos, llegó a generar para el país 260 millones de dólares al año.
Con pesar comunicó que en el año 2020 por concepto de exportación tan sólo se pudieron generar 3 millones 800 mil dólares. «Casi el 70% de la producción nacional iban a EE.UU, muchos eran equipos originales e iban directo a plantas ensambladoras de Norteamérica como la General Motors, Chrysler. Iban también a países como Colombia, Brasil, y hasta los autopartes producidos en Venezuela se exportaron a la planta de la Toyota en Japón», recordó.
Precisó que los fabricantes de autopartes están teniendo los mismos inconvenientes que las ensambladoras, el gobierno ha exonerado del pago del IVA y las tasas aduaneras a repuestos importados que comercializan, generándose una competencia desleal que atenta contra la producción nacional, comentó Bautista, representante gremial del sector automotriz.
Se mantiene con algunos servicios
Según comunicó una gerente de ventas del concesionario Ford ubicado en la avenida Pedro León Torres con 59, para no cerrar sus puertas se mantienen con las puertas abiertas prestando servicios de venta de repuestos y taller mecánico. En el lugar también se exhiben motos eléctricas que son distribuidas por la Corporación Bel.
«El mercado que queda se ha ido adaptando a ofrecer lo que un sector está demandando, vehículos rendidores con conexión a gas o gasoil. Un cliente que esté interesado en un carro tiene que esperar un lapso de tres meses en Venezuela para recibir respuesta de la Ford si tiene las unidades disponibles para la venta», acotó.
Recuerdo de los años dorados
A escasos metros de distancia, en pleno oeste de Barquisimeto, cercanos a la Zona Industrial Uno, se puede ver la cantidad de concesionarios que se mantienen cerrados. La gran mayoría no tienen ni siquiera un vigilante cuidando sus instalaciones, la maleza se ha apoderado de las estructuras que eran prósperos concesionarios.
Se mantiene cerrados el de la Volkswagen ubicado en la avenida Florencio Jiménez con avenida La Salle, al igual que el concesionario Chevrolet que se única en la avenida Pedro León Torres con calle 54. La Renault y los concesionarios Nissan también están abandonadas.
Ventas de carros sin garantías
Cada vez es más frecuente para los ciudadanos ver agencias de carros importados en el país, según comunicó Luis Román de ADAMCO, estos vehículos suelen ser usados, y van desde aquellos que requieren gasolina hasta los eléctricos.
«Lo que se está viendo es lo que se conoce en el mercado como ventas de terceros. Una persona invierte en un vehículo, lo trae a Venezuela, paga los costos para nacionalizarlo y una vez aquí lo revende ganando un porcentaje que puede oscilar entre dos mil y 300 mil dólares de comisión, eso depende de la venta. La diferencia con los concesionarios de marcas tradicionales es que las marcas de esos carros importados no suelen ser reconocidas, y no tienen garantía», mencionó.
«Son empresas de maletín que tienen oportunidad de importar, y de hacer una venta y lucrarse, pero hasta ahora no hay registro alguno de que las importaciones se estén realizando a través de las empresas instaladas del país, como la Ford o la Toyota mundialmente reconocidas«, informó Omar Bautista presidente de Favenpa.