Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Al cierre de 2020, la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), contabilizó más desplazados venezolanos por la crisis política y económica que los de Siria, Afganistán, Sudán del Sur, Myanmar, y Somalia, naciones que se encuentran en guerra. Según el registro hasta diciembre Venezuela tenía 6.5 millones de desplazadas. Siria, el país que le sigue tenía 5.6 millones de migrantes.
El doctor en ciencias sociales Alexander Campos, director del Centro de Investigaciones Populares de la Universidad Central de Venezuela, explicó que la diferencia entre la migración forzosa criolla a la de países de Asia y África, radica en que los venezolanos no huyen a un ataque armado, pero sí a la nula perspectiva de futuro que tienen.
«En esos países la huida la impulsa una guerra, nosotros acumulamos múltiples factores: se huye del desempleo, la violencia política, la delincuencia, la hiperinflación, la no perspectiva de futuro. Este último es fundamental porque los sirios saben que una vez termine la guerra su país emprende su rumbo de desarrollo, en cambio en Venezuela no se sabe hasta dónde será que va a llegar la tragedia. Nadie sabe cuánto va a durar la hiperinflación, ni cuánto durará la violencia política o la delincuencial con los guerrilleros, los narcotraficantes, paramilitares, o colectivos que dominan el territorio», apuntó.
Resaltó que los migrantes venezolanos por esa realidad que viven tienen «vocación de permanencia», y son números muy reducidos de personas las que se mantienen en refugios en los países de Latinoamérica. «Los criollos tienen una decisión de permanecer fuera, al entrevistar a un emigrante Sirio te dice que espera que se acabe la guerra para retornar a su país de origen, pero los venezolanos no. Ellos dicen que no pueden estar en un refugio indefinidamente porque no saben cuándo las condiciones del país van a mejorar», comentó el investigador de migración.
Indicó que datos no oficiales indican que desde septiembre de 2020, en plena pandemia, una vez que comenzó la flexibilización de la cuarentena en Venezuela anunciadas por el gobierno nacional, por el Norte de Santander ingresaban 700 venezolanos diariamente, aun con la frontera cerrada. Chile recibe cerca de 1000 venezolanos diariamente por la frontera con Bolivia, cantidad similar se desplazan a Ecuador.
«La movilidad no se ha detenido por la pandemia, la ha hecho más adversa», precisó.
Tercera oleada es la más vulnerable
«Está migrando gente muy pobre, que se va en familia, no son sólo jóvenes, son adultos de la tercera edad, niños y hasta bebés de pocos meses de nacido. Y lo hacen en condiciones adversas, caminando, víctimas de atracos y violaciones en el trayecto», puntualizó Alexander Campos, investigador.
La primera ola de migrantes comenzó en 2014, conocida como los migrantes de los «títulos registrados», venezolanos que viajaron por avión con documentos legalizados. De 2017 a 2019 inició la segunda ola, venezolanos con menos recursos que se fueron por autobús y esta tercera es la de los caminantes.
Los retornados volvieron a migrar
Desde el Centro de Investigaciones Populares, contabilizaron entre abril y septiembre de 2020 una cantidad de entre 220 mil y 250 mil venezolanos retornados durante la temporada de fuertes cuarentenas aplicadas en Latinoamérica por el coronavirus, pero a la fecha según el investigador Alexander Campos ya todas estas personas volvieron a salir del país.
«Los que vinieron arreglaron lo que tenían que arreglar, cuando hubo este periodo de unos tres meses de flexibilización de la cuarentena se devolvieron. Era un retorno no porque hubiesen mejorado las condiciones en Venezuela sino porque la pandemia había hecho inviables los lugares de destino», expresó.