Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Los pilares aún no están sentados, así consideran los expertos al recalcar que a casi año y medio de la pandemia por covid-19, se tiene la circulación de cinco variantes y que se trataría de la tercera ola del virus, cuando se mantiene el interés de un posible regreso a clases. Lo grave es que ni siquiera se consideran los lapsos, con la necesidad de un esquema vacunal completo para todo el personal educativo, alumnos y familiares más cercanos. Con este paso, toca esperar entre tres semanas a 45 días para la debida reproducción de anticuerpos. Se suma a esa denuncia de la falta de control sin el protocolo desde el Ministerio de Salud para saber los pasos a seguir, adecuación de espacios y extremar en el área de conciencia preventiva.
Ese néctar de preocupaciones fue resaltado por la organización Médicos Unidos de Venezuela, ante la confirmación desde el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). «En la zona metropolitana de Caracas, Miranda y La Guaira circulan cuatro al mismo tiempo», lamentaron frente a la presencia de gama (Brasil), alfa (Reino Unido) y que desde finales de julio empezó a atormentar la delta (India), por su alta carga viral que la hace más contagiosa. También se suman las variantes lambda y mu, desde países vecinos.
«Esto es un caso delicado porque de todas las cepas, delta sigue siendo la más preponderante y considerando que la mayoría de la población no está vacunada», señaló Huniades Urbina, secretario general de la Academia Nacional de Medicina, al recordar que la proliferación se viene dando desde una mayoría comunitaria y no se terminan de estrechar los controles para cercar el avance del coronavirus.
Ven con recelo ese anuncio de posible año escolar, ni siquiera semipresencial, reiterando el riesgo que se puede tener hasta con la posibilidad del docente como el portador del virus, debido a la falta del esquema de inmunización. «Es que ni teniendo una primera dosis se podría mandar a clases. Es un tema delicado», reitera de una decisión asumida desde la responsabilidad y con todo el previo abordaje desde las autoridades sanitarias, al considerar un virus fortalecido en transformaciones que lo hacen más perdurable.
Ese respaldo de la importancia de una inmunización de rebaño y que la convocatoria se aboque al esquema completo, es vital para el epidemiólogo Iván Molina. Dicho lapso no termina en la espera por la segunda dosis del biológico, sino que se debería extender a la espera desde tres semanas hasta 45 días para la debida reproducción de anticuerpos que llega a superar el 70%. De allí, la resistencia para evitar futuras complicaciones en infectados y que se arrecia con la dificultad respiratoria o la inflamación extrema de diversos órganos.
Todo en una base de procura por respeto a la prevención y seguimiento del cerco epidemiológico, al tener ese plan 7+7 que intercala semana radical y flexible, pero en la realidad no marcan ninguna diferencia. Es lo que tanto preocupa al infectólogo, Antonio González Mata, frente a un tercer rebrote que sólo clama por las mínimas condiciones. La adecuación en infraestructura es vital, así como al extremo de la prevención que empieza por la higiene, uso correcto del tapaboca y el distanciamiento, que debe considerar lo complicado de cumplirse en los niños desde el período inicial escolar.
Las condiciones deben estar en pleno y ese freno al avance del virus, a partir de las vacunas y el manejo de la información por padres. Un proceso que tampoco termina de medirse para tener el debido consentimiento de los representantes. Dicha autorización abarca por igual a los adolescentes por ser menores de edad, que aún en una etapa de plena rebeldía deben tener la venia de los adultos. Todo con el manejo de la información oportuna y al detalle.
Sin complicidad
Como defensores de los derechos fundamentales de la salud y la vida, la Sociedad de Padres y Representantes debería ser vigilante al establecimiento de las condiciones para ese regreso a clases. Así lo considera Luzmila Leal, titular de Médicos Unidos Lara, frente a los riesgos que implica una autorización sin tener conocimiento de la realidad en la actualidad.
Critica que como responsables de sus hijos, los padres no deben terminar como una especie de cómplices en un posible atentado contra la seguridad de los menores. De allí, lo pertinente de exigir la adecuación en infraestructura a partir de la higiene y suministro fijo del servicio de agua, salones que permitan cumplir con el distanciamiento y hasta esas áreas del recreo que eviten la aglomeración de los menores, esos que pueden ser los más difíciles de controlar por las emociones de los niños.
Una evaluación diagnóstica considerada antes de ese posible regreso a las aulas, que aún tratándose semipresencial, exige por la plataforma de seguridad para los niños y menores de edad en general.
Por garantías
Los expertos coinciden en cómo debería garantizarse el seguro regreso a clases, pero a partir de una mayoría de inmunización de rebaño respaldada por el esquema completo de vacunación contra el covid-19. Esto con el aumento progresivo para adultos, que tanto se prometió para octubre de 2021 y que, según la información oficial, se lograría con una meta de 300 mil dosis aplicadas diarias.
Los menores de edad deberían estar rodeados de familiares cercanos plenamente vacunados, considerando desde abuelos y padres. También aplica para personal educativo, desde el porte ro hasta directivos de planteles. Un docente que sólo tenga la primera dosis no debería exponer se ante las actividades académicas y menos por la posibilidad de transformarse en el propio agente transmisor, con la variante delta que ataca a personas más jóvenes, debido a su alto poder contagioso.
Con las instalaciones desde maternales, escuelas y hasta universidades se debe vigilar que estén acordes para el distanciamiento físico y así como la ventilación adecuada, con ventanales amplios y de puertas abiertas que permitan la circulación del aire. Un tema difícil, al tener la apreciación del abandono notorio desde áreas externas.
También conocer el protocolo de las autoridades sanitarias para evitar la cadena de transmisión, desde los diagnósticos a tiempo y establecer el cordón epidemiológico para determinar las zonas más afectadas. Un tema planteado desde el avance escalonado y progresivo.