Luis Colmenárez | LA PRENSA de Lara – La pandemia ha tocado fuerte a los venezolanos que están en el exterior. Santiago Arrieche, es uno de esos, que con trasplante de riñón a sus 58 años, le ha tocado enfrentar la pandemia del coronavirus en Colombia, específicamente en Bogotá, la capital de esa nación que hasta la fecha tiene 133 mil 973 casos confirmados de la enfermedad de la COVID-19.& ;
La escasez de medicamentos en Venezuela y su condición de salud, llevaron al señor Arrieche a convertirse en un inmigrante más, junto a su hijo y nuera; sin pensar que una pandemia los paralizaría y hoy, al igual que su hijo, está sin empleo, sin el debido sustento económico para cubrir sus gastos y enviar remesa a la familia en Venezuela. Por suerte, su nuera sí ha podido mantener su espacio laboral y por ende, cuentan con su ingreso.
Arrieche se muestra un poco fuerte pese a la situación y relata como la enfrenta. Él trabajaba como administrador en la barbería donde también laboraba su hijo, Santiago en Bogotá. Sumado a esa actividad, el señor venezolano, obtenía más ingreso como deportista, siendo juez de atletismo en la capital colombiana, no obstante, eso también se vio interrumpido con los efectos de la pandemia.& ;
Todo marchaba bien para esta familia venezolana en el exterior, hasta que la pandemia originada por el brote de coronavirus golpeó a Latinoamérica. En Colombia, como en muchos otros países, el confinamiento ha provocado que comercios cierren sus puertas por prevención y para cumplir con el aislamiento social.
En el caso del señor Arrieche, al ser trasplantado de riñón necesita más resguardado y la separación con terceros debe ser mayor. Por eso, su hogar, se ha convertido en casi una celda, es un lugar de encierro desde el 24 de marzo que inició el confinamiento en este país.
Al quedar desempleado con su hijo, de oficio barbero, cuenta que su nuera, Yurimar Crespo, quien trabaja en una panadería, ha sido el apoyo para ambos.
«Acá si no tienes cédula colombiana no te ayudan, las medicinas se me ha hecho algo imposible porque son costosas» expone el venezolano que dejó a su esposa y nietos en Barquisimeto, estado Lara, a quienes no ha podido enviarle aporte monetario porque su vida ahora está limitada a cubrir gastos como alquiler, comida, medicina y servicios básicos, con los pocos ahorros que tiene.
El venezolano de 58 años, relata que la situación, cada vez se torna más difícil, pues se le hace doloroso ver como connacionales se ven en la necesidad de regresar a sus casas en Venezuela sin dinero en sus bolsillos.
«Se ve mucha gente siendo desalojadas y regresándose a pie hasta Venezuela» contó a través de audios a La Prensa de Lara. Su nuera, por su parte, agregó que la preocupación en un momento tan álgido como el que se vive actualmente, es algo que permanece presente en su día a día, y es que estar lejos de la familia es una situación que cada vez se torna menos llevadera.
Yurimar, menciona que la situación de Venezuela es algo que le quita el sueño y anteriormente tenía la posibilidad de enviar ayuda económica a sus seres queridos, mientras que ahora el poco dinero que logra obtener es para «sobrevivir» ella con su esposo y suegro en Colombia.
«Estar solos por acá no es fácil. Corremos con suerte de que estamos trabajando pero hay otros que están en las calles pidiendo» recalcó la también larense en medio de una entrevista para este reportaje especial.
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