Además de las dificultades neurológicas y de movilidad inherentes al párkinson, los pacientes de Fundaparkinson han experimentado, desde mediados de 2024, un incremento en problemas de salud mental, como ansiedad y tristeza, llegando en algunos casos extremos a brotes psicóticos con alucinaciones. Con el objetivo de evitar la depresión, la fundación planea aumentar las actividades al aire libre y fortalecer el apoyo familiar.
El exceso de dopamina es una de las principales causas del deterioro de la salud mental mencionada por Thaís Hurtado, presidenta de esta fundación en Lara, al hablar de la necesidad de tratamiento psicotrópico para estabilizar el estado emocional del paciente. «En los últimos meses, hemos tenido casos de tristeza, ansiedad y brotes psicóticos, cuyos episodios complican los síntomas de estos pacientes».
Tal contexto llama a la reflexión sobre el verdadero papel del cuidador, a partir de la comprensión para facilitar la comodidad a estas personas con riesgo de encerrarse en sí mismos por el temor al rechazo de la sociedad y por la indiferencia de familiares. «La gente debe entender que necesitan de compañía y del cariño de la familia para aliviar las cargas emocionales de estos pacientes», señala.


Explica el psiquiatra, Ramón Hernández, que generalmente son pacientes con déficit del neurotransmisor dopamina, la cual regula los movimientos. Pero el riesgo es latente ante la reacción a medicamentos como carbidopa levodopa, que generan ese incremento y por eso es indispensable el control médico para evitar cuadros psicóticos con efectos alucinantes.
Es un estado que genera más confusión en el paciente y presión para su círculo más cercano. «Es un pensamiento que trasciende a las percepciones, sintiéndose tan real que escuchan voces», advierte Hernández y sin descartar casos que puedan presentar delirios como parte de esa idea permanente que creen que está pasando algo. Son los episodios que exigen más vigilancia médica y orientación, así como la administración de tratamiento antipsicótico, de acuerdo a cada caso.
Es un cuadro complejo en un paciente que puede estar permanentemente amenazado por la depresión. Resalta Hernández, que además de la psicosis, pueden estar expuestos al efecto secundario de la discinesia y cambiar esos tics —que dejan de ser lentos— a ser movimientos más rápidos, son más bruscos y los acerca más a la discapacidad.


Diversos detonantes en pacientes con parkinson
Son tantos los detonantes contra la salud mental, al sentirse incapaces y en tal circunstancia tiene un papel fundamental el apoyo de la fisioterapia para recuperar su movilidad, foniatría ante la dificultad para hablar y todo el equipo multidisciplinario como soporte para la calidad de vida. Pero Hernández, también resalta lo fundamental de la salud del cuidador, porque ante la falta de familiares por lo general, suele ser una responsabilidad para un solo pariente. Se olvida que es un ser humano, siente, padece y llega a sufrir el síndrome del cuidador, surgiendo un choque con el paciente que llega a sentirse incomprendido y sin tolerancia.
Se trata de la cara oculta del párkinson, tal como lo explica el psicólogo, Carlos Ramírez, reiterando que son pacientes que mantienen su rostro neutro, como congelado y físicamente no expresan nada. La ansiedad por lo que desconocen puede terminar en angustias, se les altera el cortisol y esa carga de estrés o presión puede manifestarse en movimientos y en ciertos casos, paralizarse por completo.


Son pacientes con problemas de cortisol, que debería tener niveles altos durante la mañana para cumplir con las actividades del día y bajos durante las noches para descansar, así no estar expuesto al insomnio y más perturbación.
Para mayor información, este 26 de abril ofrecerán un conversatorio sobre la otra cara del párkinson, desde los aspectos psicológicos, en la Cámara de Comercio.