martes, 27 mayo 2025
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Resucitar periódicos en Venezuela, una misión cuesta arriba

Agencias | LA PRENSA DE LARA.- El periódico venezolano La Verdad operó hasta hace cuatro años con decenas de periodistas, fotógrafos y diseñadores gráficos. La falta de materia prima, la crisis integral del país y la ola de migración forzó su evolución exclusiva a su versión digital, con apenas una docena de empleados, reseña Voz de América.

Su historia es similar a la de al menos 70 diarios del país suramericano que en los últimos tiempos dejaron de circular en sus ediciones impresas, con redacciones reducidas, dedicadas a publicar informaciones solo en Internet, en medio de carencias de papel periódico y presiones gubernamentales.

«No estábamos preparados», admite Reyna Carreño, periodista con 22 años de experiencia, quien hasta la semana pasada fue jefa de redacción de La Verdad. «Fue un proceso atropellado«, cuenta a la Voz de América, sobre la evolución del modelo informativo y de negocio de la prensa hacia sus versiones digitales.

El Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) reportó que 68 periódicos dejaron de circular en toda Venezuela desde 2013, cuando Nicolás Maduro asumió la presidencia. En Zulia, seis periódicos circulaban en sus versiones impresas. La Verdad, Panorama, Qué Pasa, Versión Final, El Regional del Zulia y Mi Diario cesaron sus operaciones y se decantaron por operar en Internet y redes sociales.

El peor año para la prensa escrita fue 2018, según la oenegé Espacio Público. En esos 12 meses, 40 periódicos cerraron y 13 redujeron sus ediciones. Hasta 10 de los 23 estados del país, más el Distrito Capital, no tienen hoy diarios impresos.

Heilet Morales, quien ejerció como subdirector de información de Panorama, un diario con 104 años de historia, subraya que «el comienzo del fin» de la prensa escrita en Venezuela comenzó cuando el gobierno nacional monopolizó la importación de papel periódico con su corporación Alfredo Maneiro.

«La extinción de los periódicos es un hecho consumado en medio de una estrategia diseñada desde el poder para hacer casi desaparecer a la prensa libre e independiente, para atacar a la libertad de expresión, a la libertad de información y a la propiedad privada», comenta el comunicador a la VOA.

El colapso de la economía y de los servicios públicos, como la electricidad, formó «un cóctel explosivo» que minó la circulación de los impresos, dice.

La crisis económica, política y social es evidente en las universidades venezolanas que han adelantado esfuerzos para sobrevivir ante los bajos presupuestos y los atentados contra la autonomía universitaria, una situación que impacta negativamente a la generación de relevo.

«Mientras los centros de estudio público no cuenten con presupuesto justo, equipos, recursos para la investigación y sueldos decentes para los profesores debemos ser pesimistas», alerta Edgar Cárdenas, secretario del Colegio Nacional de Periodistas seccional Caracas.

Pero a pesar de los escenarios poco alentadores, aunque con un «volumen distinto», la carrera de Comunicación Social sigue presentando una «alta demanda» en la Universidad Central de Venezuela (UCV), una de las más importantes del país.

«Si hace unos años había 20.000 estudiantes queriendo entrar, ahora hay 10.000 para los mismos 200 cupos que tenemos. La partida y los presupuestos que tenemos son los mismos, entonces no hay una mayor cantidad de profesores para dar más cupos a los estudiantes», explica Alejandro Terenzani, director de la Escuela de Comunicación Social de la UCV.

«Cuesta arriba»

Cárdenas, del Colegio Nacional de Periodistas en Caracas, reitera que la desaparición de los medios impresos en Venezuela «es un hecho». Los pocos que aún circulan «están limitados en el tiraje y número de páginas».

Sin precisar cuáles, advierte que algunos de los diarios que migraron plenamente a su versión digital han puesto sus imprentas a la venta.

Aquel cese de operaciones para imprimir y vender diarios «implicó el despido del personal que laboraba en los medios. Muchos de los colegas periodistas y trabajadores periodistas han migrado, no tenemos la cifra exacta, pero estamos trabajando en función de una gran investigación en esa materia», detalla.

Cárdenas expone que, al igual que otros sectores, los periodistas y medios de comunicación están sometidos a un «vulnerabilidad económica» exacerbada tras la llegada del COVID-19 al país.

«Podemos decir que actualmente existe una desprotección laboral producto de esta crisis económica y el periodista venezolano, en gran medida, se ha venido convirtiendo en una especie de emprendedor, en medio de una precariedad laboral y empobrecimiento muy grave», afirma.

Pensar en la reactivación de las imprentas implica adecuar máquinas, «grandes inversiones» y la composición de personal formado y capacitado para ello, una situación «nada fácil» resalta Cárdenas, mientras añade que la formación en las universidades no está orientada a esa «disciplina del periodismo».

«La situación es cuesta arriba», insiste, al recordar que, entre otras cosas, las flotas de transporte de los medios impresos «ya no existen».

Lea el reportaje completo de VOA Noticias aquí

 

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