López / Villanueva | LA PRENSA DE LARA.- El irrespeto al trabajo del personal sanitario por parte de las autoridades venezolanos se cesa. Los trabajadores de la salud caen barajitas en un sistema de salud que no garantiza las condiciones para ejercer y cumplir con su juramento de salvar vidas sin arriesgar propia.
A 14 meses de pandemia por Covid 19 y más de 2 meses del comienzo de la vacunación, en el país se registran más de 549 fallecidos según la data de la organización Médicos Unidos de Venezuela. El dolor se vuelve llanto con apenas el 25% vacunado de alrededor de los 400 mil trabajadores en el país, según la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Una esperanza que se tiñe cuando la realidad se revierte en 95% de la delegación cubana inmunizada, según lo confirmó el portal Cubadebate a final de marzo de 2.021.
Las dimensiones de dicha preocupación son incalculables, cuando los expertos lamentan que no se ha terminado de cubrir esa primera línea de la pirámide de priorizados que empieza el personal sanitario, ese batallón que da la cara frente a esta emergencia que se arreció con la incidencia de la segunda ola de rebrote. Una consecuencia que endosan luego del carnaval flexible y sin el debido monitoreo, además de las fallas por retrasos de diagnósticos con las pruebas PCR.
Como una de las salvaciones más viables se tienen las vacunas, que garantizan una mayor resistencia ante este coronavirus que coge más fuerza y así lo ha demostrado con las variantes en el mundo. Venezuela confirmó la presencia de la brasileña, que además de ser más transmisible, acelera las etapas más agresivas en los pacientes en menor tiempo, incluso hasta en 72 horas se pueden complicar y ser referidos a cuidados intensivos.
Pero el punto de tranca se fija en el último reporte oficial, con 1.480.000 dosis y que según Huniades Urbina, secretario de la Academia Nacional de Medicina, sigue siendo una cifra insuficiente y en un alcance para 740 mil vacunados, cuando han insistido en la urgencia de un plan masivo que permita cubrir las 30 millones de dosis para 15 millones de venezolanos. Un ritmo lento, a sabiendas de la amenaza mortal que implica este virus a más de 161 millones de infectados en el mundo y Venezuela superando los 210 mil casos positivos.
Urbina considera que el personal de salud puede llegar a una tasa de mortalidad de aproximadamente 25% y con mayor peso en los médicos. Una tendencia que refleja el desamparo en la falta de equipos de protección individual y con centros asistenciales que tienen deficiencia en el servicio de agua, limitando la frecuencia del lavado de manos y hasta la desinfección de las áreas.
Precisa al sistema de salud público, con hospitales que están quedando como un «cajón». Una consecuencia de la migración del personal por bajos sueldos y que pocas veces superan de $ 4 a $ 7. Además de verse en la necesidad de cubrir gastos que son responsabilidad del Estado, lo cual se evidencia en la compra de guantes, mascarillas, caretas y hasta gel antibacterial.
No les cuadra
Expertos rechazan esa estadística que excluye al personal sanitario de la data gubernamental, mientras los riesgos son más intensos al persistir 90% en fallas de suministro de implementos de bioseguridad en la mayoría de los centros asistenciales.
Jaime Lorenzo, titular de la organización Médicos Unidos de Venezuela, admite lo imposible de poder tener una tasa exacta de letalidad, ante la falta de información certera, que se aproxima a la realidad y no registran en la data oficial de víctimas. «Por esas trampas matemáticas, solo quedan en sospechosos», refiere de esas clínicas con síntomas asociados al coronavirus y en general, con cuadros de neumonía. Cuerpos que son cremados y tratados con el mismo protocolo, desde el ingreso a las unidades de cuidados intensivos por dificultad respiratoria.
Un contexto que encierra desde el 16 de junio de 2.020, fecha en que murió el epidemiólogo Samuel Viloria en Zulia, hasta el 11 de mayo de 2.021 con 549 fallecidos. Un cuadro que refleja la curva más alta en abril, cuyo luto es intenso, al empezar los primeros 5 días con 26 decesos y siendo consecutivo en esos lapsos que superan las 10 víctimas en menos de 4 días.
A partir de la desidia, califica Edgar Capriles, especialista en economía de la Salud, este reflejo de la realidad desde la data gubernamental. «No hay información y queda pensar si se trata de ignorancia, retrasos o simplemente no es conveniente publicar», refiere de una tasa de mortalidad en general que puede ser 4 o 5 veces mayor, frente a ese grueso lote que no cuentan
Más de cerca
Como «una alegría de tísico», describió René Rivas, titular del Colegio de Médicos de Lara, esa sensación fugaz con el plan de vacunación que estuvo paralizado desde el pasado 29 de abril y se retomó el 12 de mayo. Refiere que de los 14 mil trabajadores, solo han inmunizado 40%. Lara tiene registrados a mil médicos y solamente del hospital Antonio María Pineda han cubierto el 75%, de los 2.700. Registra 25 víctimas fatales.
La cifra choca con la manejada desde la autoridad regional sanitaria, de 85% del personal vacunado hasta el 12 de mayo. El equipo de La Prensa intentó en varias oportunidades comunicarse con Javier Cabrera, secretario de salud, pero aún espera que termine su reunión para atender la llamada.
Táchira también se ubica en 40,8% en la vacunación del personal médico y enfermero con la Spunitk V, de acuerdo a las cifras otorgadas por la gobernadora de la región, Laidy Gómez. De 7 mil 600 trabajadores en las primeras líneas de exposición ante el virus, hasta ahora, solo se las han aplicado a alrededor de 3 mil 107.
De acuerdo a la jornada realizada por la autoridad única en salud, Amelia Fressel 1.817 médicos del Hospital Central y 405 del Hospital del Seguro Social les fue aplicado el producto biológico.
Los últimos cinco meses del año 2020, el Covid-19 castigó con fuerza a los médicos tachirenses. Murieron 19 galenos, quienes perdieron la batalla contra el coronavirus y representan el 11% de la data de fallecidos que lleva la Autoridad Única en Salud del estado, es decir 172 muertos en plena pandemia.
El resto de galenos lamentablemente fallecieron al inicio de 2021. Dos en enero, la misma cifra en febrero y uno de los llamados héroes de la salud falleció el pasado 19 de abril.
En la actualidad, se desconoce el número de profesionales recuperados y enfermos, de acuerdo a información suministrada por el presidente del Colegio de Médicos en el estado Táchira, quien señaló que en las últimas semanas, no hay reportes de hospitalización de galenos a las áreas de aislamiento por estar contagiados tanto en centros públicos como privados. Confirma 6 mil 565 profesionales en la entidad, de los cuales 4 mil 452 se encuentran activos. Los decesos representa el 0.43% de esta población.
La curva va en alza
Una lista que empezó con 11 fallecidos en junio de 2.020, subió a 88 en septiembre y se elevó aún más en abril de 2.021 con 111 casos, arranca lágrimas entre la familia del personal de salud. Una secuencia cada vez más estrecha con el rebrote del Covid, según el seguimiento de Médicos Unidos de Venezuela.
Jaime Lorenzo, titular de la organización, precisa aquellos profesionales mayores de los 50 años son los más afectados y más del 63% de las víctimas son hombres. También explica que se mantiene el mismo desarrollo, con la especialidad de ginecobstetricia como la más golpeada.
También resalta que Zulia conserva su primer lugar en letalidad con 92 fallecidos, por ser una región de alta densidad poblacional. Llevó una delantera ante uno de los focos más agresivos, desde el brote en el mercado Las Pulgas y tiene la frontera más extensa con Colombia, de constante movimiento con el vecino país.
Piden celeridad
Del personal médico jubilado de la tercera edad se han vacunado alrededor de 85, luego de retomar el plan de inmunización que se había paralizado por dos semanas. Así lo denunció René Rivas, presidente de Colegio de Médicos de Lara, al recordar la celeridad que amerita este grupo que alcanza los 258 en la entidad.
Precisó que han sido atendidos aquellos mayores de 60 años, quienes siguen activos con el libre ejercicio profesional, en la docencia y hasta ad honorem en apoyo en algún centro asistencial. «Ellos también son parte de la prioridad y debe ser más progresivo, por la amenaza de comorbilidad ante cualquier otra enfermedad de base», señaló de ese listado que es confirmado desde la Secretaría de Salud y citados al hospital centinela Juan Daza Pereira.
«Es necesario dar más velocidad y hasta disponer de una planificación con otro centro para vacunación», reiteró Deyanira Gentille, miembro de este gremio, sobre la celeridad que debe incluir a este grupo de profesionales que tienen una experiencia superior a 40 años y aún siguen hasta formando a nuevas generaciones.